Hay lugares de la región zuliana que se encuentran anclados al ADN, a las querencias y a la memoria de la gente de estas tierras. Las tostadas hermanos López, los famosos tumbarranchos de la calle 72, frente al club Bella Vista, son parte de nuestra tradición gastronómica.
Corría la década de los cincuenta cuando Víctor López, siendo apenas un adolescente, junto a su hermanito Francisco, buscaron una forma de ayudar a la familia. Preparaban una cavita en su hogar del sector Mota Blanca, en Cerros de Marín, con las arepas rebosadas rellenas con mortadela y las ofrecían, desde muy temprano, cerca de donde tienen hoy su establecimiento.
Luego vendría, en 1957, el modesto local frente al Club Bella Vista, donde generaciones de marabinos y visitantes han tenido la experiencia casi celestial de degustar un tumbarrancho, full repollo, buena mortadela, queso y salsas sin diluir, en su justa medida. Con el tiempo llegaron los rellenos de pollo, pernil y carne mechada, para enriquecer la propuesta.
La herencia familiar: tumbarranchos sabrosos y crocantes
Víctor López falleció hace pocos meses; Francisco tiene 74 años y, aun cuando visita con frecuencia su negocio, las labores de cocina, atención al público, compras y administración están en manos de sus dos hijos, Néstor y Wilmer; su sobrina, Misaida; su yerno, Douglas y Nicanor, gran amigo de la familia.
Sobre la receta que los distingue del resto, Nicanor nos cuenta que no lleva mostaza, ni cúrcuma, ni huevo. La arepa de Tostadas Hermanos López va rebozada en una mezcla viscosa lograda con agua, harina de trigo y Polvo Royal. Otro requisito es que la mortadela sea de la mejor calidad y que el aceite esté bien caliente al momento de freír. El resultado final es una cubierta bien crocante.
Ni la escasez, ni la pandemia, han podido quebrantar el espíritu laborioso de la familia López, quienes con fuerzas renovadas siguen adelante, brindando el placer del mejor tumbarrancho de la ciudad, consintiendo el paladar de los clientes de siempre y de los que se acercan por primera vez.
No venden tantos tumbarranchos como antes
Sin embargo, no dejan de reconocer que “la situación país” les ha golpeado. “Hace quince años se vendían entre ochocientas y mil arepas diarias, luego bajamos a quinientas; en 2022 en tres oportunidades llegamos a doscientas arepas, pero en la actualidad vendemos, aproximadamente, de ciento treinta a ciento cincuenta tumbarranchos diarios”, detalla Nicanor.
A las seis de la mañana llegan los empleados y cuarenta y cinco minutos más tarde se encienden los fogones y se comienza a atender a la clientela. La jornada culmina a las ocho de la noche, de lunes a sábado.
En la familia López encontramos el ejemplo del marabino trabajador y esforzado, amante de su gentilicio y su cocina tradicional. Los mejores tumbarranchos de la ciudad, manjar humilde y de sabor inconfundible, nos hablan de esa zulianidad de la que nos sentimos tan orgullosos.
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F Reyes
Fotos / Video: Xiomara Solano
Noticia al Día