A Baciliza Marín la vimos en unos videos que se hicieron virales, donde nos encantó la dulce expresión que le caracteriza y sus manos arrugaditas amasando las arepas del desayuno familiar. Nos llenamos de ternura con ella; por eso fuimos a conocer a esta abuela que a sus casi 93 años se mantiene lúcida y obsequiando su generosa presencia a quienes le aman.
Nació en tierras falconianas, pero cuando tenía siete años se vino a Maracaibo para vivir con su madrina Antonia López, quien residía en la zona que hoy conocemos como sector 18 de Octubre. De niña no asistió a la escuela; eso de las clases no le acomodaba y se dedicó a los oficios del hogar.
En la plenitud de sus años mozos, y destacando por su belleza, se unió a Miguel Camba, con quien fundó un hogar y trajo al mundo diez hijos. Después de un tiempo se mudaron al barrio Teotiste de Gallegos, en una modesta vivienda donde aún reside Baciliza, con algunos de sus hijos.
Elio Enrique, Gladys (+), Jairo, César (+), María Elena, Maritza, Jorge, Amilcar (+), Beatriz y Greicy, componen la descendencia directa de Baciliza y Miguel. Tres de ellos fallecieron, mientras que Jorge, sargento jubilado del Ejército, se encuentra convaleciente, tras caer desde el techo de su vivienda, hace nueve meses. Se suman a la parentela 21 nietos, 47 bisnietos y 21 tataranietos.
No ha perdido la sazón y hasta ensarta las agujas
Baciliza vive en condiciones de mucha humildad, pero su familia hace notables esfuerzos para proveerle lo esencial. Permanece rodeada del cariño y el respeto de los suyos, quienes continuamente elogian su entereza y las habilidades que mantiene casi intactas.
Su nieto Frandy Leal, quien se unió a la diáspora venezolana, fue quien grabó los videos que se han viralizado en redes sociales, donde presenta con orgullo a su abuela. En Tik Tok se encuentran con el usuario @frandyleal07.
“Además de hacer las arepas, prepara a diario el café, mantiene la buena sazón de la comida, quiere barrer la casa y hasta es capaz de ensartar una aguja”, nos relatan sus hijas Maritza y Beatriz, quienes agradecen la longevidad de la mujer que las trajo al mundo.
Así transcurre su día a día
El día de doña Baciliza inicia cerca de las 6 de la mañana. La primera tarea es “poner el cafecito”, algo que no puede faltar en el fogón; luego vienen las tradicionales arepitas.
Entre tanto, toma un tiempo para agradecer a Dios por el nuevo día. “Le doy gracias porque me ha presentado las maneras, por darle de comer a mis hijos”.
Luego realiza algunas labores domésticas, como regar sus queridas matas o lavar ropa, bajo la mirada vigilante de los hijos que conviven con ella. Una siesta al mediodía y luego compartir en familia hasta que finaliza el día. Si falla la electricidad o en días de mucho calor, la sombra de las matas del patio, le sirven de refugio.
Sin duda, Baciliza ha tenido una vida bien vivida, por lo cual hoy goza de buena salud y del cuidado de los suyos. A los jóvenes les aconseja “que se porten bien, que no hagan cosas mal hechas…”. Entre tanto, piensa que “vivir tranquila” es el secreto para haber alcanzado con tanta plenitud los 93 años que cumplirá en septiembre.
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F Reyes
Fotos: José López – Videos: Cortesía Frandy Leal / F Reyes
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