Miércoles 13 de noviembre de 2024
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El día que un pingüino vino a buscar el "calorcito" de Maracaibo en 1955

Transcurría un Día de los Enamorados, 14 de febrero de 1955, hace 69 años, cuando Maracaibo recibió un regalo que…

El día que un pingüino vino a buscar el
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Transcurría un Día de los Enamorados, 14 de febrero de 1955, hace 69 años, cuando Maracaibo recibió un regalo que jamás nadie imaginó, la visita de un huésped inusual: un pingüino, de esos que viven a temperaturas de 40 grados bajo cero, y buscó el “calorcito” de esta ciudad. Desde tierras heladas decidió navegar en las aguas de nuestro lago, convirtiéndose en la mascota de todos los zulianos de entonces.

Eran aquellos tiempos en que la ciudad capital del Zulia se perfilaba como una de las más importantes del país y recibía reconocidos personajes nacionales e internacionales, desde el cantante argentino Carlos Gardel (1935) hasta el comediante mexicano Mario Moreno “Cantinflas” (1943, 1957, 1969), por mencionar dos estrellas.


Ninguna visita de esos artistas internacionales llamó tanto la atención como la de “Polo” (nombre colocado por los maracuchos), un pingüino saltarrocas (Eudyptes chrysocome), animalito muy pequeño que se distribuye, según la subespecie de que se trate, por el sur de Chile, las islas del sur de Argentina, Nueva Zelanda, las islas Crozet y que de repente apareció en las costas de la playa Zulia Mar, cerca de Caimare Chico, el 14 de febrero de 1955.

pingüino saltarrocas


Un señor de nombre Martín Pérez, propietario de un balneario en la región Guajira, según recoge la historia, vio el animal a orillas de la playa y de inmediato avisó a las autoridades en Maracaibo, noticia que corrió como pólvora: ¡Consiguieron un pingüino en el Lago!, ¡consiguieron un pingüino en el Lago!

Los comentarios no se hicieron esperar: "En Maracaibo pasa cualquier cosa", decían por la radio los locutores en sus programas rutinarios. y uno que otro maracucho decía: "Cuando vengáis a ver, las ballenas se refrescarán en el río Chama".


Como estaba vivo, hicieron lo necesario para trasladarlo al Zoológico de Maracaibo, que en esa época se ubicaba en el sector Los Haticos y, a su vez, funcionaba el Instituto de Ciencias Naturales de Maracaibo, bajo la dirección de Agustín Pérez Piñango, reseñó la periodista Rosmina Suárez en el portal Efecto Cocuyo.


Las teorías de cómo llegó al Zulia seguían generándose: que si escapó de un zoológico marino o un barco chino o si era mercancía de tráfico ilegal de especies, lo que nunca se supo.


Lo que era inexplicable es, cómo un pingüino podía resistir temperaturas hasta de 40 grados registradas en Maracaibo. Muchos fueron los expertos ornitólogos extranjeros, de Estados Unidos y Europa principalmente, que visitaron la ciudad para estudiar por qué era posible que Polo se adaptara a nuestro clima tropical.


Incluso, no se explicaban tampoco los expertos como Polo padeció un resfriado crónico en julio de 1955, debido a una fuerte ola de calor en la ciudad y lo superó con un “tratamiento especial”.


El triste final


Según el Dr. Adolfo Pons, quien fungió como ornitólogo en ese entonces, Polo era de la especie Eudyptes crestatus o chrysocome “con penacho en la cabeza de color rojo opaco, 45 centímetros de estatura, pico de cinco centímetros y medio, cabeza, dorso y cola de color gris negro”.


Un espacio exclusivo fue acondicionado en el zoológico y le proporcionaron muchos alimentos “ricos en calorías”, propios de su dieta y hábitat. Fue evolucionando y nunca se supo cómo viajó desde el Polo Sur hasta el Zulia: lo equivalente a más de nueve mil kilómetros.


En el Zoológico de Maracaibo, Polo era mostrado a los visitantes, quienes (según relatos) pagaban cuatro lochas los adultos y dos los niños. Así, Polo se convirtió en la mascota de los zulianos en ese entonces.

Estuvo exhibido al público por seis meses. Se estima que casi 300 mil personas pagaron la entrada para verlo. El 28 de agosto de 1955, el doctor Pons dio la noticia más triste: Polo falleció.
Se dijo en ese entonces que su muerte no fue causada por el calor de Maracaibo, sino por asfixia, ya que al parecer había caído al agua desmayado por una pedrada u objeto contundente que le lanzaron.


El cuento de Polo, el pingüino de Maracaibo, solo puede leerse en el Diccionario General del Zulia y escucharse en relatos de los ciudadanos más viejos y algunas reseñas del diario Panorama.

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