"Una pieza de madera con más de 100 años de antigüedad tiene buena sonoridad, primero porque está bien seca y segundo, porque la madera es un elemento que tiene memoria, se nutre de su ambiente circundante durante su vida como árbol. Con el tiempo, todo eso se va modelando dentro de ella", Claudio Dalia.
Maracaibo a lo largo de los años se convirtió en una ciudad multicultural, cuna de grandes talentos que por generaciones enteras, con esfuerzo y dedicación, han sabido proyectar su trabajo y emprendimiento tanto dentro como fuera del territorio nacional. Tal es el caso del lutier Claudio Dalia, uno de los pocos (por no decir el único) fabricantes de guitarras y bajos eléctricos que hay activos en la región zuliana.
Claudio tiene más de 32 años practicando este oficio con mucha vocación y entre sus creaciones más trascendentales, destaca una guitarra eléctrica que hizo con una puerta de caoba que perteneció a las casas que integraba el viejo Saladillo, demolido en 1.970 durante el gobierno del expresidente Rafael Caldera. El instrumento fue vendido a un amigo suyo, quien reside en Houston, Texas, EEUU.
Su arte no solo tiene que ver con la fabricación de estos instrumentos de cuerda, sino que también los repara, modifica o mejora, dependiendo del requerimiento que le exija cada cliente. Aunque su "fuerte" es hacer guitarras y bajos eléctricos, también le han solicitado intervenir cuatros, cellos, violines, mandolinas, contrabajos, entre otros, los cuales trabaja con la misma motivación con la que hace una guitarra o bajo.
Este lutier nació hace 58 años en Maracaibo, en el seno de una familia italo-venezolana, establecida en el sector 13 de la urbanización San Jacinto. Es el segundo de tres hermanos y el único de ellos en haber desarrollado esta habilidad con una destreza increíble. Además de ser fabricante de guitarras y bajos, también es un experimentado músico y productor, miembro de la banda local de heavy metal "Arpía".
Inicios
El equipo reporteril de Noticia al Día visitó a Claudio en su domicilio para conocer de cerca su trayectoria profesional y algunas de sus vivencias personales. Sobre sus inicios como fabricante, expresó que fue a mediados de la década del 80, que comenzó a experimentar de manera autodidacta con la modificación de una que ya tenía, buscando que se pareciera a un modelo que había visto en televisión.
"La influencia para convertirme en lutier vino de Nunzio Licata, padre de mi amigo Flavio Licata. Este señor era ebanista y fue la persona que me orientó y me dio las primeras enseñanzas que luego apliqué cuando decidí tomar el oficio de lutier como principal fuente de trabajo y sustento. Esto era algo que nunca había explorado y me llamaba mucho la atención", expresó Dalia.
Claudio recordó que la primera vez que intervino una guitarra eléctrica utilizó una caladora de madera para darle la forma que quería. Aseguró que hizo una serie de dibujos a escala para que Nunzio Licata lo ayudara con el corte de la madera y que después, él mismo completó, la modificación hasta terminarla, como la veía en su mente, inspirada en la que había visto en un programa de TV.
En su juventud se casó con Eleida Valero con quien procreó a su hija Claudia Andreína Dalia y fue la razón por la cual decidió dedicarse al oficio de lutier, ya que necesitaba producir el sustento para levantar a su familia. Resaltó que nunca tuvo trabas familiares para desempeñarse como fabricante y montar su taller, ya que sus padres, sus hermanos y su pareja siempre lo apoyaron en esa iniciativa.
Consolidación como lutier y músico
Ya a principios de 1.990, Claudio Dalia dominaba la habilidad de tocar guitarra y había descubierto su propio sonido, para tocar en vivo y para los instrumentos de su creación, los cuales fabrica con madera de samán, cedro, palo de rosa, maple y caoba. Asimismo, conocía muy bien la escena musical de esa época en la ciudad y eso le permitió impulsarse como lutier, hasta convertirse en el referente que es ahora.
Recuerda que los primeros instrumentos con los que empezó a trabajar eran de sus amigos y de personas que formaban parte de bandas musicales en Maracaibo, quienes les solicitaban reparaciones o modificaciones. Como no sabía cuánto debía cobrar, les quitaba a cambio juegos de cuerdas o piezas para intervenir otras guitarras y de esa manera fue tomando idea de cuanto costaba lo que hacía.
Con el tiempo se especializó de manera empírica, hasta llegar a ser uno de los lutieres zulianos más reconocidos del occidente del país por el sonido que caracteriza sus instrumentos. Registró legalmente su marca "Dalia Guitarworks", la cual cuenta con un sitio web en Internet. Su trabajo fue, es y sigue siendo reconocido en Venezuela y en el exterior, fabricando guitarras y bajos que le solicitan desde Caracas, San Cristóbal, Punto Fijo, Maracay y Valencia, así como también de los Estados Unidos.
Una guitarra invaluable, con más de 100 años de historia
Una de sus guitarras más emblemáticas fue la que hizo a partir de una vieja puerta de caoba que formaba parte de las coloridas casas de El Saladillo, la cual compró su padre Rizieri Dalia Settemble para tenerla de reliquia en su casa en San Jacinto. Claudio considera que la pieza es invaluable, ya que fue hecha con un pedazo de historia del Maracaibo de antaño, que tiene más de 100 años.
"Se trata de un proyecto que junto a un amigo inicié y completé con mucha satisfacción. Mi padre, cuando llegó La Piqueta, compró tres puertas y yo agarré una para hacer la guitarra. Para la chapa que lleva en la parte frontal del cuerpo, utilicé una placa azul con letras amarillas, de las que usaban los vehículos en los años 50. La guitarra fue vendida en 1.500 dólares y está en Houston"
Durante su trayectoria, Claudio Dalia ha recibido varias ofertas de trabajo provenientes del exterior para trabajar con reconocidas fábricas y marcas de guitarras, sin embargo, por diferentes circunstancias que se le han presentado en la vida, como por ejemplo, seguir ayudando a su familia y en especial a uno de sus hermanos que hace un mes falleció por una enfermedad terminal, decidió quedarse en Venezuela.
"Un trozo de madera con más de 100 años de antigüedad tiene buena sonoridad, primero porque está bien seca y segundo porque la madera es un elemento que tiene memoria, se nutre de su ambiente circundante. Con el tiempo, todo eso se va modelando dentro de ella. La celulosa y la savia que la integran, le aportan un sonido inigualable, el que uno está buscando. Es como un plus, algo mágico adicional", sostiene el lutier.
Actualmente, Claudio vive solo en San Jacinto, ya que sus padres (Rizieri Dalia y Marcelina Castillo), sus tres hermanos, Luis Alberto Dalia, Silvio Antonio Dalia Castillo y Rizieri Dalia, así como su esposa, Eleida Valero fallecieron, uno durante un hecho violento y los demás por causas naturales. Es padre de Claudia Andreína Dalia y abuelo de dos nietos, quieres residen en Chile junto a su madre desde hace varios años.
"Estoy satisfecho y orgulloso de lo que hago y siempre tengo trabajo. Nunca he estafado a nadie y mis clientes siempre quedan conformes con mi trabajo y con lo que quieren", agregó Claudio Dalia.
Como un experimentado guitarrista que es, formó parte de diversas agrupaciones zulianas de rock, entre las que destaca "Crucis" y "Arpía", banda de heavy metal que hasta la fecha se mantiene vigente. Desde los noventa, Claudio ha colaborado y trabajado con las bandas de rock más reconocidas e importantes de Venezuela, como por ejemplo Sentimiento Muerto. También es sonidista, productor y compositor musical.
"A pesar de que Arpía no ha grabado un disco como grupo, tenemos una canción llamada Recuerda Respirar, que le cambió la vida a una persona que tenía intenciones de quitarse la vida. Para mí, eso es algo muy satisfactorio porque nuestro mensaje como banda llegó a alguien que lo necesitaba y nuestro tema habla precisamente de cuando alguien siente que no hay salidas, que ya todo terminó. Eso es un logro como músico y compositor que me enorgullece tanto como mi oficio de lutier", agregó.
Noticia al Día / José Gregorio Flores