Jueves 21 de noviembre de 2024
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Burros bajo la mirada amorosa de Laura Fernández: María, Negro Calvin y Orejitas, Los platero de la ciudad

Equus africanus asinus, «Equus» el género al que pertenecen los caballos, burros y cebras, «Africanus» que hace referencia a África…

Por Pasante1

Burros bajo la mirada amorosa de Laura Fernández: María, Negro Calvin y Orejitas, Los platero de la ciudad
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Equus africanus asinus, «Equus» el género al que pertenecen los caballos, burros y cebras, «Africanus» que hace referencia a África y «Asinus» término latino para burro o asno, es una raza de burros originaria de Venezuela, la cual se encuentra en peligro de extinción desde hace un par de años.

Los burros representan un valor significativo en la agricultura de Venezuela y del mundo, sin embargo; no están alejados del desprecio y maltrato por parte de la sociedad, misma que se aprovecha de su fuerza u otras cualidades físicas para explotarlos. En pleno 2024 son muchas las problemáticas que afectan a esta especie de equinos.

No obstante, esta situación no tuvo su origen en los últimos años. Según el historiador Luis Vivanco, una vez que Venezuela se independizó del imperio español, eran muy comunes los burros como cualquier medio de transporte y de carga pesada. En el siglo XIX, los primeros tranvías eran propulsados por burros. Más tarde, en el siglo XX, quienes más abundaban eran los "cepilladeros", que llevaban sus carritos alados por burros.

Vivanco destaca: “Yo vi cientos de esos cepilladeros, porque pasaban todos los días. Eso sí, nunca había un pobre burro sano, algunos a veces iban sangrando, golpeados, sufriendo”.

Burro cargado de desechos. Foto por Laura Fernández

En la actualidad, en algunos pueblos se puede notar la ausencia de burros, como es el caso de Adícora, Falcón, donde hace un par de años ver a estos animales por las vías hacia Punto Fijo era muy habitual. Según Jaibi Nava, ganadero en el estado Falcón, todo inició cuando en las fiestas se sacrificaba un burro y se servían sus carnes como aperitivo, este acto podía suceder una vez por semana.

Nava también puntualizó: “Hace aproximadamente 5 años se comenzó a notar de forma evidente y apresurada su desaparición, debido a que se realizaban estos actos de manera más continua y se podían llegar a matar entre 150 y 200 burros diarios, también con el fin de vender sus pieles”.

Esta situación aumentó considerablemente, por cuanto las personas ya no sacrifican a los burros solo por celebraciones puntuales o tráfico de pieles, sino que se encuentran en la obligación por la falta de recursos económicos para alimentarse a base de carne de res.

El burro, eterno ingreso económico

En Maracaibo y zonas adyacentes es cada vez más habitual ver burros con carretas cargadas de basura que sobrepasan el peso del animal. Estos animales de alguna manera sustituyen a los camiones del aseo, y sirven de una fuente de ingreso para muchas personas. Ángel Valbuena, habitante del municipio Jesús Enrique Lossada, felicita el trabajo que realizan quienes él llama “burreros”, ante la falta de aseo urbano.

Algunos dueños de estos animales comentan que un burro tiene un precio de entre cien y ciento cincuenta dólares, lo que ellos ven como una inversión para luego ponerlos a trabajar. Se puede apreciar una diferencia entre el pelaje y peso de un burro doméstico y aquellos que se dediquen de manera forzada a la carga.

Burro "Negro Calvin" con uno de los trabajadores. Foto por Laura Fernández

En diciembre de 2013 se promulgó la Ordenanza sobre la Tenencia, Control, Defensa y Protección de los Animales y sus Derechos en el municipio Maracaibo, aprobada por el Concejo Municipal. En el documento se prohibió que los equinos de carga circulen desde las 11:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, como también evitar a toda costa carretas con pesos que superan la tracción habitual del animal.

Dicha ley se hizo valer con más fuerza en 2018 durante el gobierno de Willy Casanova, exalcalde del municipio Maracaibo, sin embargo; en la actualidad los habitantes no cumplen con esas disposiciones legales.

Víctima de negocios ilícitos

En la frontera entre Venezuela y Colombia, específicamente en La Guajira, se utiliza el cuero de los burros para el tráfico de estupefacientes. Según Rusbel Palmar, profesor universitario, los narcotraficantes descubrieron que el cuero del burro sirve para ocultar los alijos de drogas, ya que tiene un aislante que impide la detección de estas sustancias por perros u otros organismos de control.

“Exterminaron al burro en La Guajira. Había aproximadamente trescientos o cuatrocientos burros silvestres, y los empezaron a cazar. Luego se robaban hasta los burros de las casas”, destacó Palmar.

El burro en La Guajira se encontraba completamente libre. Se alimentaba de la vegetación cercana a las aguas salobres de la costa de Sinamaica o Cojoro. Luego de la matanza, dejaron los cadáveres de los burros botados y la gente de la zona se encargó de darles sepultura. Se trató de un hecho lamentable para los habitantes de los pueblos.

De acuerdo con Rusbel Palmar, los wayúu (indígenas de la Península de la Guajira) realizaban rituales o ceremonias para que los asesinos de los burros pagaran por la masacre. Los burros en la cultura wayúu tienen un espíritu propio, y los llaman por un nombre como si se tratase de personas.

Burra "María" en las calles del municipio Jesús Enrique Lossada. Foto por Laura Fernández

Venezuela no es el único país donde los burros se encuentran en peligro de extinción. Según el listado de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el burro está en peligro crítico de extinción en el mundo, que es un paso previo a que se declare extinto en estado silvestre.

El burro, pese a su mala “fama” y estereotipo, es considerado un animal inteligente por distintos zoólogos. Durante años ha sido atacado por comparaciones en el lenguaje cotidiano y, por ello, entre generaciones se dejan como herencia el poco respeto al animal.

Para Dilfenio Romero, creador de Burrolandia en España, es un mito que el burro sea tonto, de hecho, piensa que son tremendamente más inteligentes que los caballos.

No todos los panoramas son negativos para los burros. Existen diferentes lugares en el mundo donde se honran y se busca preservar las distintas especies, entre ellos Otumba en México, San Antero en Colombia con un festival recreativo de burros o la ya mencionada Burrolandia en España.

Burro "Orejitas". Foto por Laura Fernández

Por otra parte, la creación del Día Mundial del Burro (8 de mayo) por iniciativa de Razik Ark, un científico estudioso de los animales del desierto, partió con la finalidad de divulgar la contribución de este mamífero a la calidad de vida de las personas durante siglos.

Laura Fernández/Pasante.

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