Con la cámara de un dron, una sobreviviente es ubicada entre escombros. Un robot le lleva agua mientras rescatistas equipados con trajes de exoesqueleto abren una salida para evacuarla con una camilla autónoma.
Esta es la visión futurista exhibida en el salón Japan Mobility Show, que muestra cómo la tecnología puede a veces sustituir a los humanos en un país con escasez de trabajadores y muchos desastres naturales.
En la exhibición, la tragedia imaginaria es causada por Godzilla, protagonista de varias películas japonesas desde los años 1950.
En Japón, cerca de 30 % de la población tiene 65 años o más.
"Debido al declive de la población hay cada vez menos gente disponible para tareas riesgosas", comentó Tomoyuki Izu, fundador de Attraclab, una empresa emergente especializada en la movilidad autónoma.
"Mi idea es ayudar a gente como los bomberos con mis máquinas", dijo a AFP Izu, de 61 años.
Attraclab participó en el desarrollo del pequeño robot que se mueve entre los escombros de cartón en el Japan Mobility Show, y diseñó la camilla de control remoto.
De momento el Gobierno japonés prefiere el "equipo tradicional" en tareas de rescate, indicó en el salón, que abre al público este fin de semana.
Pero Izu cree que existe un mercado para la tecnología más avanzada en el futuro.
"Hay muchos animes con robots humanoides en Japón y por lo tanto la gente los ama. Pero este tipo de vehículo autónomo aún es considerado muy extraño", agregó.
Desde 2016, la japonesa Kawasaki Heavy Industries (KHI) ha estado desarrollando Kaleido, un robot humanoide capaz de levantar delicadamente a una persona herida y trasladarla.
Falta mano de obra
"En el futuro, este robot podrá salvar personas o ir a zonas peligrosas, como incendios", señaló Itsuki Goda, de la división de robótica de KHI.
No obstante, admitió que el aparato requiere desarrollar más sus capacidades de escaneo para atravesar terrenos difíciles.
"Necesitamos más años de desarrollo si queremos usarlo en situaciones reales, donde las condiciones siempre son diferentes", explicó a AFP.
La actual capacidad de carga de Kaleido es de 60 kilos y será aumentada en un nuevo prototipo, adelantó Goda.
El precio también es una preocupación.
Actualmente el robot es "quizás diez veces más caro que un humano, pero si producimos diez mil por año, el precio bajará rápidamente", aseguró Goda.
Desde el desastre nuclear de Fukushima en 2011, surgió otro nicho: robots para limpiar zonas de desastre de acceso difícil o peligroso.
La firma de ingeniería Sugino Machine presentó un pequeño pero potente brazo robótico móvil sobre orugas capaz de trabajar donde no pueden ir los trabajadores de emergencia.
La máquina fue construida en 2018 para una agencia de investigación atómica nacional, en momentos que Japón continúa trabajando para desmantelar la planta nuclear Fukushima Daiichi.
"Esto puede ser empleado para la evaluación inicial de daños o retirar escombros u objetos pesados que la gente no puede levantar", indicó a AFP Akira Inujima, de Sugino.
Varias herramientas pueden ser sujetadas a su brazo, como sensores de temperatura o radiactividad o lanzadores de agua de alta presión.
"Tenemos escasez de mano de obra. Es difícil hacer todo con robots. Pero podemos ofrecer soluciones para ayudar el trabajo de las personas", agregó.
"Después de Fukushima hemos podido continuar el desarrollo tecnológico porque ha habido un proyecto atrás del otro (apoyados por el Gobierno), como remoción de escombros, que necesitan nuestro trabajo, indicó Inujima.
"Es importante continuar este trabajo y no dejar que se acabe", declaró.
AFP