Martes 12 de noviembre de 2024
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Investigadores crean a Andi, un robot que suda y muestra el impacto de los golpes de calor en humanos

¿Qué ocurre en el cuerpo humano durante un golpe de calor? ¿Cómo los humanos pueden protegerse con el aumento de…

Investigadores crean a Andi, un robot que suda y muestra el impacto de los golpes de calor en humanos
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¿Qué ocurre en el cuerpo humano durante un golpe de calor? ¿Cómo los humanos pueden protegerse con el aumento de las temperaturas? Investigadores en Estados Unidos diseñaron un robot que puede respirar, tiritar y sudar para responder a estas y otras preguntas calientes.

Diferente de los humanos, Andi (acrónimo en inglés de instrumento dinámico avanzado Newton) puede, sin problemas, permanecer horas bajo el abrasador sol de Phoenix, incluso cuando el termómetro raya los 47 ºC. 

Esto ayuda a un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) a estudiar el impacto de las altas temperaturas en los humanos.

"Se trata del primer maniquí térmico del mundo que podemos llevar afuera de forma regular durante altas temperaturas para medir la cantidad de calor que recibe del ambiente", explicó a AFP el profesor de ingeniería mecánica de la ASU Konrad Rykaczewski. 

El maniquí, que parece un Óscar ambulante o un C3PO menos detallado, es "una forma muy realista de medir (…) la reacción de un ser humano ante condiciones climáticas extremas". 

La piel de Andi es de fibra de carbono y resina epoxi, y debajo de ella se extiende una red de sensores interconectados que miden el calor del cuerpo. 

Andi también cuenta con un sistema de refrigeración interna y poros que le permiten respirar y transpirar a través de unos orificios distribuidos sobre su cuerpo. 

Todo ello gestionado a través de 35 zonas térmicas independientes, para que pueda distribuir su sudor como los humanos. 

Los científicos explicaron que entre algunos pocos robots similares, Andi es el primero en salir de las cámaras técnicas al mundo real y sufrir las consecuencias del aumento de temperatura al igual que los humanos. 

Prepararse para el futuro

De esta forma, Andi es una herramienta importante para estudiar la hipertermia, aumento de la temperatura corporal fuera de los parámetros estándares, algo que interesa a los científicos debido al aumento de las temperaturas extremas consecuencia del cambio climático. 

El robot podría ser programado con diferentes características "para estudiar distintos segmentos de la población", explicó Jennifer Vanos, climatóloga del proyecto. Simulando "personas más jóvenes, viejas, con condiciones médicas o bajo medicación, alguien más o menos saludable", agregó.

"Nadie mide el aumento de la temperatura mientras una persona está sufriendo un golpe de calor" por razones éticas, dijo Rykaczewski. 

Pero con el robot, los científicos pueden hacerlo sin poner vidas en riesgo.

Andi salió al mundo exterior en medio de la actual ola de calor en Phoenix junto a Marty, una estación meteorológica móvil que mide el calor reflejado por los edificios que lo rodean.

La capital de Arizona atraviesa la ola de calor más larga de su historia: los termómetros, que ya alcanzaron 47 ºC, superaron 43 ºC este viernes por vigesimosegundo día consecutivo.

La ciudad del desértico suroeste de Estados Unidos es un laboratorio ideal para prepararse para el futuro, creen los científicos. 

"Si el futuro de París se parece al de Phoenix hoy, podemos aprender mucho sobre la forma en que diseñamos los edificios", dijo Rykaczewski. 

"¿Cómo podemos cambiarlos? ¿Cómo podemos cambiar lo que vestimos? ¿Cómo podemos cambiar nuestro comportamiento y adaptarlo a estas temperaturas?".

Así, los científicos esperan que los resultados de las investigaciones realizadas con Andi sirvan para crear ropa resistente al calor, replantear el urbanismo y diseñar políticas públicas.

"¿Cuánto tiempo tendría una persona que refrescarse en un refugio para que su temperatura corporal baje a un nivel considerado seguro? Podremos responder a esta pregunta con Andi", explicó Vanos refiriéndose al desafío que enfrenta Phoenix cada verano para proteger de las altas temperaturas a la población en situación de calle.

Pero también podrían contribuir a mejorar las condiciones laborales. 

"Podríamos desarrollar sensores económicos para distribuirlos en estaciones de trabajo donde las personas están expuestas al calor para decidir si es hora de parar o continuar", dijo Rykaczewski.

Para el científico esto podría ser un avance para garantizar mayor seguridad a los trabajadores que las recomendaciones guiadas por condiciones meteorológicas generales. 

AFP

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