Un mes antes de que Cúcuta fuera estremecida por el asesinato de un empresario y su hijo venezolanos así como a un escolta, se reunieron en un punto de El Zulia los integrantes de una banda criminal con emisarios enviados por poderosos narcotraficantes mexicanos y venezolanos para definir un ajuste de cuentas.
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El encuentro no duró mucho. Solo se dio para terminar de afinar detalles de cómo se ejecutaría la orden dada por los jefes de uno de los carteles mexicanos y venezolanos para asesinar a alguien que presuntamente se quedó con una millonaria suma en dólares perteneciente a dichas organizaciones mafiosas.
En esa masacre, ocurrida el pasado 14 de septiembre, a la entrada del colegio Santo Ángel de la Guarda, quedaron huellas que delataron a los presuntos responsables.
Esta parte de la historia de ese aterrador hecho, también la han logrado conocer las autoridades tras varios días de indagaciones que viene adelantando un grupo interinstitucional que organizó la Policía Metropolitana y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) para capturar a los responsables.
Noticia al Día / La Opinión