Kayleen Lee Blaha llegó al mundo en el baño de su casa, movió sus pequeñas piernas y sus bracitos, abrió sus ojos y sus padres vieron que eran color café, pero nada los conmovió, ellos estaban preocupados por los llantos de la bebé, por eso la sumergieron en la tina que estaba medio llena, con sus manos hicieron presión sobre su frágil pecho y vieron cómo se le fue la vida, una tan fugaz que duró unos cuantos minutos.
Según los reportes de la Policía, ahogaron a su recién nacida porque tenían miedo de que descubrieran que tenía metanfetamina en la sangre.
Cuando el trabajo de parto comenzó, Brandon Thoma, de 31 años, le dio a su pareja Taylor Blaha, de 24, metanfetaminas para que tolerara el dolor propio del alumbramiento, según dijo la mujer cuando fue arrestada.
La bebé lloró y ellos sintieron miedo, pensaron que los vecinos llamarían a la Policía para reportarlos y que los oficiales descubrirían que la recién nacida tenía rastros de la droga en la sangre, así que la mataron. No conforme con quitarle la vida, el hombre abandonó el pequeño cuerpecito en una zona boscosa.
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Ambos están acusados de asesinato en primer grado, él también está acusado de abuso de un cadáver. De acuerdo con los documentos judiciales, el hombre colocó el cadáver en un contenedor de plástico, el cual envolvió en bolsas de basura, después lo metió en una mochila para sacarlo del departamento.
Hasta el momento la Policía no ha encontrado el cuerpo de la pequeña Kayleen.
Redacción / Con versión de El Heraldo