El 4 de diciembre de cada año se lleva a cabo la celebración del Día de Santa Bárbara, una tradición venezolana para rendir tributo a la virgen mártir cristiana del siglo III.
De acuerdo con reseñas de historiadores, la venerada fue asesinada por su padre hace más de 1.700 años y pasó a ser auxiliadora de los católicos; sin embargo, su fiesta es reconocida por el mundo de la santería, donde es conocida como Changó.
¿Saben por qué nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena?. Es un refrán muy popular que se usa para criticar a las personas que se olvidan de quienes les han ayudado o beneficiado.
El refrán se refiere a Santa Bárbara, patrona de los pirotécnicos y de los que se protegen de tormentas y explosiones. La Iglesia Católica le dio este título hace muchos siglos y se le rendía culto especial en cada región.
Antiguamente en los navíos de la Armada existía un compartimento especial o «pañol» destinado a la pólvora y explosivos que se llamaba «santabárbara».
Por su seguridad esta zona siempre estaba protegida y se turnaban las guardias de vigilancia. En dicho pañol solía haber una imagen de Santa Bárbara, a la cual los marinos artilleros le tenían mucho respeto, tanto, por ser además la patrona de la Artillería. Pero, ¿por qué esta santa precisamente y no otra?
Según la tradición y la leyenda Santa Bárbara fue una virgen mártir que vivió en el siglo III de nuestra era, y que por convertirse al cristianismo fue encerrada en una torre por su padre, para que cambiase de idea.
Como no lo consiguió, le martirizó con saña y sin ninguna compasión, llegando a cortarle la cabeza en la cima de una montaña, cuando en ese momento un terrible rayo fulminó al padre.
Probablemente por la intervención del rayo (rayos y truenos, debemos suponer), desde la Edad Media Santa Bárbara se convirtió en la patrona de todos los artilleros europeos y, por extensión después de todas las profesiones que tienen que ver con explosivos y fuego. Así, es también patrona de mineros, canteros, bomberos, electricistas, fundidores.
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