El ex presidente boliviano Evo Morales ha declarado una huelga de hambre en respuesta a la creciente crisis política y social que enfrenta el país. La medida fue anunciada desde su refugio en Argentina, donde reside desde su renuncia en 2019.
Morales argumenta que esta acción busca llamar la atención sobre la falta de diálogo entre el gobierno y la oposición, así como la necesidad de restablecer la democracia en Bolivia.
Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS), ha manifestado su preocupación por las condiciones de vida de la población, así como por la polarización política que ha marcado la agenda boliviana en los últimos años.
Durante una conferencia de prensa, señaló que su huelga de hambre es un acto de solidaridad con los sectores más vulnerables y una forma de exigir a las autoridades que escuchen las demandas del pueblo. Su decisión ha generado reacciones diversas tanto en el ámbito político como en la ciudadanía.
La huelga de hambre de Morales coincide con una serie de movilizaciones sociales que han tenido lugar en Bolivia en las últimas semanas, en las que se reclama una mayor atención a problemas como la pobreza, la salud y la educación.
Los seguidores de Morales han expresado su apoyo a esta medida, mientras que sus opositores la critican como una estrategia política. La situación continúa evolucionando, y se espera que esta acción provoque un nuevo debate sobre el rumbo del país.
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