Sábado 22 de febrero de 2025
Al Dia

En medio de la incertidumbre: Una familia venezolana en EEUU se aferra a la fe bajo protección humanitaria limitada

Entienden que Trump estuviera "harto" de los venezolanos que cometían delitos en Estados Unidos, pero lamentan que "caigan justos por pecadores"

En medio de la incertidumbre: Una familia venezolana en EEUU se aferra a la fe bajo protección humanitaria limitada
A Marlenia Padrón, se le concedió el TPS en 2023, pero el gobierno de Trump ordenó que finalice a principios de abril para varios cientos de miles de venezolanos como ella. Foto: AP
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Todos los domingos, Johann Terán, migrante venezolano asiste a un servicio luterano en un suburbio de Minneapolis, Estados Unidos, tratando de encontrar alguna esperanza de que el futuro que estaba construyendo no se esté desvaneciendo.

Johann Terán, migrante venezolano en EEUU. Foto: AP

Al igual que cientos de miles de venezolanos afectados por crisis políticas y económicas, Terán, su esposa y su madre solicitaron diferentes tipos de protecciones humanitarias en EEUU, mismos que la administración Trump ha restringido o se espera que terminen pronto.

“Siento que me están diciendo: ‘Vete, regresa, no te queremos’. Incluso cuando me dieron la oportunidad de estar aquí”, dijo Teran. “No tenemos esperanza y estamos tratando de encontrarla, y es por eso que voy más a la iglesia, para buscar o conseguir esta esperanza que necesito”.

Terán, es abogado de 27 años llegó a Minnesota hace ocho meses gracias a un programa de libertad condicional humanitaria que la administración Biden creó en 2022. Este otorgaba visas de dos años a 500 mil personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela (todos países considerados por Estados Unidos como países con gobiernos inestables o represivos) si contaban con un patrocinador financiero estadounidense y pasaban verificaciones de antecedentes.

La esposa de Terán, Karelia, de 29 años, aún no había recibido la aprobación cuando la nueva administración puso fin al programa, dejándola en Venezuela sin una vía legal para llegar a Estados Unidos. A su madre, Marlenia Padrón, se le concedió el estatus de protección temporal (TPS, otro mecanismo para personas que huyeron de países en conflicto) en 2023, pero el gobierno ordenó que finalice a principios de abril para varios cientos de miles de venezolanos como ella. Cientos de miles de venezolanos y haitianos más perderán el TPS a finales de este año. El jueves se presentaron demandas para revertir la decisión sobre los venezolanos.

"Caemos todos"

Antes de cocinar la cena en su pequeño apartamento decorado con fotos de familiares lejanos y estatuillas de la Virgen María, Padrón dijo que entiende que el presidente Donald Trump “estaba harto” de los venezolanos que han cometido delitos en Estados Unidos y quiere deportarlos.

“Pero elimina el TPS y ahí caemos todos”, dijo Padrón. “No sé qué va a pasar, qué va a pasar con mucha gente que está aquí sin hacerle daño a nadie. … Estoy trabajando, presento mis impuestos. Quería comprar una casa. Esos eran los planes que teníamos, pero ahora no puedo tener esos planes”.

Padrón, de 53 años, dijo que las amenazas contra ella comenzaron justo cuando se agravó la crisis económica de Venezuela. Trabajaba como abogada en una oficina del gobierno local en Puerto La Cruz y dijo que la secuestraron para pedir un rescate, la detuvieron por acusaciones políticas falsas y la vigilaron, todo mientras veía cómo sus ingresos desaparecían en la crisis monetaria, el agua y la electricidad estaban racionadas y escaseaban los medicamentos para su anciana madre.

“Ese momento del secuestro fue el detonante”, dijo al describir cómo la sacaron de un centro comercial y la retuvieron durante tres días, con golpizas y acusaciones de “traidora a la patria” por plantear cuestionamientos sobre corrupción.

Salieron huyendo

“Nadie puede decir que Venezuela sea un lugar donde haya estabilidad y respeto por los derechos humanos. Por eso, la gente seguirá huyendo”, dijo Karen Musalo, abogada y profesora que dirige el Centro de Estudios de Género y Refugiados de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, en San Francisco. “Yo diría que, bajo la administración Biden, Estados Unidos, con la libertad condicional humanitaria y el estatus de protección temporal, estaba reconociendo eso y respondiendo a eso”

Musalo dijo que la mayoría de los aproximadamente 8 millones de venezolanos que huyeron en los últimos años se dirigieron a otros países latinoamericanos, lo que desencadenó una crisis regional.

Padrón fue primero a Colombia, atravesando en canoa un río en el que rondaban bandas y guerrillas. Preocupada por la posibilidad de que la atacaran, decidió viajar a México, cruzar a Estados Unidos y entregarse a las autoridades de inmigración estadounidenses para pedir asilo, un proceso que puede llevar muchos años.

Cuando comenzó el programa especial TPS, presentó su solicitud, obtuvo un permiso de trabajo y un empleo en una imprenta, y finalmente se sintió segura en su nuevo hogar en Minnesota, sin tener que estar siempre mirando por encima del hombro en busca de amenazas o sorteando la escasez de productos básicos.

“Llego a mi casa, preparo mi comida para el día siguiente, si quiero comer fuera, salgo, porque hay calidad de vida, gano lo que uno gana para vivir tranquilamente”, dijo. “No tengo que ir a una gasolinera a cargar combustible y pasar dos días haciendo cola”.

Padrón nunca había visto árboles sin hojas cuando llegó en el otoño de 2021, por lo que adaptarse a los gélidos inviernos ha sido un desafío. Pero encuentra paz en la nieve.

“A veces, cuando hay mucha nieve, dejo los zapatos afuera, y luego abro la puerta y pienso: ‘¡Mis zapatos, los dejé afuera!’ Y ahí están. En Venezuela eso no sucedería, te robarían los zapatos”, dijo Padrón.

¿Cuándo te van a deportar?

Ahora su hija no tiene forma de reunirse con la familia y Padrón no está segura de sus próximos pasos. Incluso su padre, que está en Venezuela, le ha estado preguntando: “¿Cuándo te van a deportar?”. Pero ella dice que no puede regresar porque teme por su vida.

Criada como católica, espera que si puede quedarse en Estados Unidos, podrá conseguir una casa más grande con un altar cubierto de flores para las dos estatuillas: una honra a la Virgen del Valle de su ciudad natal y la otra a un ícono especialmente venerado por los cubanos, la Virgen de la Caridad.

Mientras tanto, comenzó a asistir a Tapestry Church, una congregación luterana donde tanto los veteranos como los inmigrantes latinoamericanos celebran su culto en español e inglés.

En 2023, la iglesia había solicitado patrocinar la libertad condicional humanitaria para 38 venezolanos, pero esos casos nunca fueron procesados. Ahora, intenta tranquilizar a sus feligreses a pesar de los temores generalizados.

Lee también: Trump pone en pausa "indefinida" las solicitudes de inmigración en EEUU de los paroleados

Noticia al Día/Con información de AP

Noticias Relacionadas