A sus 83 años aún se mantiene de pie detrás de una silla de afeitar, que gira tal cual ha girado su vida a lo largo de tantos años. Esas sillas del salón de Carlos tienen más secretos que un confesionario. Ahí se han escuchado comentarios de políticos, periodistas, deportistas, artistas que han buscado servicio de barbería
Esas viejas y tradicionales barberías nos provocan nostalgia desde niños, adolescentes y ya mayor, al final con el tiempo vamos a ellas, bien sea a la de nuestro barrio, urbanización, ciudad o pueblo y con un juego de imaginación cerramos los ojos y percibimos hasta las colonias o lociones con las cuales nos rociaba nuestro barbero y añoramos hasta la vieja silla donde nos atendió durante años.
En la calle 96 en el centro de Maracaibo justo al lado del edificio de la Alcaldía se observa un local con un ventanal de vidrio que deja ver una hilera de sillas de barbería. No hace falta aviso. Casi todo el mundo sabe que es el negocio de Carlos Noguera y los que van allí, son cliente, o si el azar y la necesidad le hacen entrar, volverá.
Ahí está Carlos, siempre afable, de fácil sonrisa, que sabe cómo entrarle a los clientes y cuándo callar para concentrare en el corte de cabello o la barba. Con sus 83 años se ha ganado a la gente en el centro de Maracaibo. De allí que niños, hombres, mujeres, jóvenes, adultos contemporáneos y mayores pongan la cabeza en sus manos con toda confianza.
Las sillas del lugar tienen más secretos que un confesionario. Quisiera que me recordaran como el barbero del centro, el confidente, dice.
Lleva 69 años aquí desde que arrancó con su barbería frente al viejo edificio de Panorama en la zona céntrica de la ciudad. No abundaban tantas peluquerías como hoy en día, y eran muy conocidas las que existían, como la de Luis El Perro en la parroquia Santa Lucía, la del Maneto y la de Tagarín, los salones famosos de la época que fueron hasta inspiración de poetas gaiteros.
“Carlito” se instaló en un pequeño espacio hace más de cuatro décadas en el área cercana al Concejo Municipal, hoy sede de la Alcaldía de Maracaibo, que le permitió cierto nivel de exclusividad para que los clientes pudieran regresar lo antes posible, ya sea por una nueva apariencia, o para cumplir con las exigencias escolares o laborales, según la edad de las personas que fueran atendidas.
Cargando con una gran responsabilidad, con sus mágicas hojillas señala: “llevo todo ese poco de años llevando la mítica barbería en donde se han “pelao” desde alcaldes, concejales, diputados, hasta periodistas, directores de periódicos, directores de escuelas y otras personalidades".
A sus 83 años aún se mantiene en pie detrás de una silla de afeitar, que gira tal cual ha girado su vida a lo largo de tantos años. Padre de nueve hijos y casado dos veces llegó a Maracaibo procedente de Nicaragua a la edad de 14 años, de la mano de su hermano que le enseñó la profesión que aprendió mientras seguía estudios de Comercio. Ambos hermanos en el 1949 ya estaban establecidos y con su trabajo buscaban mejores condiciones de vida.
Muchos personajes son sus clientes
El estilo de cortes clásico ha sido para Carlos Noguera, su punta de lanza y a la fecha aún tiene clientes que llegaron a su salón siendo jóvenes y hoy en día en la tercera edad, con el cabello blanco, se siguen cortando con su barbero preferido.
Por su silla y tijera pasaron personeros políticos, artistas, gaiteros, poetas, como Gian Carlos D Martino, Alí Moncayo, Néstor Yancen, el poeta Hesnor Rivera, Adalberto Toledo, Ricardo Cepeda, Chichilo Urribarri, Astolfo Romero, periodistas tales como Gustavo y Guillermo de 100 % Noticias, Alberto González, Francis Blachman, Jhosele Saravia, Rafael Galicia, Américo Torres, Bles Acosta, concejales, diputados, y muchos otros que no recuerda, dice Carlos.
Un Nicaragüense que se hizo barbero maracucho
Carlos Noguera dice sentirse maracucho porque llegó a la edad de 14 años a la Tierra del Sol Amada. "Me siento maracucho, aunque soy Nicaraguiense no reniego de mi país de nacimiento y toda mi vida la he pasado aquí", dice.
Soy un profesional de la barbería que reúno las condiciones que los maracuchos exigen de esta profesión, como poseer conocimientos sobre el cabello, emprendedor, creativos, limpio y comprometidos con el saneamiento, tener herramientas de trabajo de calidad y un sillón de barbería cómodo.
Arreglarse el cabello una tradición
El barbero que tomó para sí las costumbres maracaiberas siente que mientas el hombre exista, tendrá necesidad de arreglarse el cabello y en Maracaibo toda la generación familiar acude por lo regular a la misma barbería, los padres, hijos, primogénitos y así sucesivamente. Hoy en día la gente cambia de salón de acuerdo al servicio que recibe.
Cortes con vigencia
Para Noguera los cortes de cabello para pavos son muy solicitados pero no todos los profesionales están en disposición de hacerlos al menos que se hayan realizado cursos.
El Yanqui Frances, Alemán, Totumita, Militar ,Cepillo, eran cortes bien estructurados pero se usan otros. La clave está en conseguir un corte de pelo para caballero que refleje confianza y virilidad en esta etapa de sus vidas.
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Javier Sánchez
Noticia al Día