Quienes habitamos la ciudad requerimos acciones concretas, muestras reales de querer solucionar este drama cotidiano que cada día crece más y nos agobia.
Pretender justificar ahora el deficiente servicio de aseo urbano, bajo la excusa de la falta de combustible, constituye una gran irresponsabilidad.
Si hay solución para convertir el servicio de recolección de basura en un orgullo para la ciudad, sólo se requiere creatividad, mirar las nuevas tecnologías en curso y voluntad política.
Ya existen experiencias exitosas donde las flotas de vehículos destinados para la recolección de desechos sólidos la conforman camiones eléctricos, donde las referidas unidades realizan rutas constantes y regresan a una base para recargarse durante la noche.
Las estaciones de recarga eléctrica son previamente alimentadas por paneles solares que almacenan la energía en bancos de baterías. Siendo así, es muy simple, no hay excusas, sí se puede y existen nuevas tecnologías.
La incorporación de una flota eléctrica de recolección de desechos debe reafirmar nuestro compromiso con el ambiente, desplazando el uso de combustibles fósiles por energías limpias.
Desde esta visión ambientalista, la recolección de basura es una actividad que también se puede desarrollar con criterios sostenibles, permitiendo mejorar la calidad de vida de los y las habitantes de la ciudad.
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