-Quienes están en el ejercicio de la función pública, deben trabajar en el diseño de tácticas y estrategias que nutran un plan para brindarle a la colectividad paz y seguridad social.
La ciudadanía merece acciones contundentes para tal fin. Basta de improvisaciones y respuestas reactivas, que sólo observamos cuando ocurren hechos lamentables, como los crímenes de reciente data.
Los cuerpos de seguridad del Estado en todos sus niveles, deben actuar de manera coordinada para ubicar y desmantelar estas organizaciones delincuenciales y muy especialmente las dedicadas al delito de extorsión; para ello es necesario dotarlos de sistemas interconectados, tales como geolocalizadores, sistemas integrados de información, rastreadores de llamadas, acceso satelital de internet, computadoras para vehículos, teléfonos inteligentes, radios multibanda, uso de cámaras con reconocimiento facial, centros de mando integrado, uso de drones, entre otros.
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Un verdadero plan de seguridad ciudadana es urgente. Se requiere la creación inmediata de circuitos especializados capaces de dar respuestas en tiempo real a establecimientos comerciales ante posibles ataques.
Diseñar y ejecutar un programa educativo antiextorsión donde se le brinde información y formacion a la ciudadanía en general y de manera muy especial al sector comercial, con la finalidad de que conozcan el comportamiento de estos delincuentes y como actuar ante sus amenazas.
De igual manera, debemos disponer de sistemas tecnologicos de avanzada, como por ejemplo, de videovigilancia que permitan monitorear cada calle, avenida y esquina de la ciudad.
De manera recurrente la ciudadanía coincide en la siguiente pregunta:
¿Si se conoce quienes son las bandas que extorsionan, dónde se encuentran, por qué no los capturan?
¿Hasta cuándo la ciudadanía es víctima de estas acciones terroristas?
Vileana Meleán Valbuena/Opinión