Domingo 24 de noviembre de 2024
Opinión

Apuntes del cronista: Fundación de Maracaibo (Por Dr. Reyber Parra Contreras)

El 08 de septiembre de 1529, día de la Natividad de Nuestra Señora, Ambrosio Alfínger (Ehinger) arribó a Altagracia y…

Por A Vargas

Apuntes del cronista: Fundación de Maracaibo (Por Dr. Reyber Parra Contreras)
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El 08 de septiembre de 1529, día de la Natividad de Nuestra Señora, Ambrosio Alfínger (Ehinger) arribó a Altagracia y desde allí pasó a la costa occidental del Lago (la banda opuesta) donde fundó la villa o “pueblo de cristianos de Maracaibo”, según Juan Pérez de Tolosa. A partir de entonces ocupó un área, junto a alemanes y andaluces, que hasta aquel momento estuvo controlada por los Señores de la Laguna: zaparas, aliles, auzales, arubaes, toas, quiriquires y onotos.

Alfínger encabezó una expedición que había partido de Coro rumbo al Oeste.  Sabemos que su interés era lograr la mayor rentabilidad a la concesión que el rey Carlos V le otorgó a los Welser (prestamistas alemanes), cuyas capitulaciones les permitía conquistar, poblar y gobernar amplios territorios, entre ellos el Noroeste de Venezuela. Se requería un centro poblado que sirviera de base para el aprovisionamiento de los conquistadores europeos venidos de Coro, con la misión de explorar el actual Noreste colombiano y el Sur del Lago; buscaban esencialmente oro, y ante la ausencia de este, se dedicaron a esclavizar los pueblos indígenas. A pesar de las tensiones entre los conquistadores y las comunidades autóctonas, se dio inicio a la Maracaibo mestiza (hispana, alemana e indígena). De acuerdo con Fray Pedro de Aguado los primeros pobladores cultivaron árboles de granada, parras del solar castellano y frutales nativos.

Según Carlos Medina Chirinos hay evidencias documentales para asegurar que hasta 1540 la Maracaibo de Alfinger se mantuvo poblada, con españoles, alemanes e indígenas. Sin embargo, el historiador Juan Besson en su obra Historia del Estado Zulia, aporta un plano de Maracaibo (de la colección de Luís París), el cual data de 1562 -33 años posteriores a la fundación- donde se identifican algunas casas, el cementerio, un molino y varias calles de aquella pequeña población.

Su nombre “Maracaibo”es de origen indígena; el prefijo “mara” está presente en la lengua Caribe (bebedero de tigres); algunos cronistas de Indias vinculan la toponimia con el nombre de un Señor de la Laguna. Por su parte, Kurt Nagel Von Jess, asegura que los alemanes la llamaron Neu-Nürenberg o Nueva Nuremberg.

Una vertiente significativa de la historiografia zuliana ha sido partidaria de reconocer el 08 de septiembre de 1529 como fecha de fundación de Maracaibo, y  a Ambrosio Alfínger como su fundador. También el Centro Histórico del Zulia (hoy Academia de Historia del Estado Zulia) y los cronistas de la ciudad hemos respaldado esta interpretación de nuestro origen, que no desestima las refundaciones de 1569 y 1574 (las de Alonso Pacheco y Pedro Maldonado, respectivamente), sino que estas últimas son la consolidación de un continuo y tenaz propósito de establecer una ciudad, ubicada estratégicamente en la cuenca del Coquibacoa, que aunque en sus inicios no dispuso de cabildo, esto no impidió su poblamiento y pervivencia.

A pesar de la hostilidad del medio físico (altas temperaturas y escasa provisión de agua para el consumo), de los abusos a los que fueron sometidos los indígenas y la natural resistencia de estos, de la ausencia de oro y plata en su territorio, la Maracaibo que fundó Alfinger no desapareció por completo y el afianzamiento definitivo de su ciclo histórico fundacional, emergerá con la aparición del conjunto de ciudades y villas que desde el siglo XVI forman parte de su cuenca lacustre, pues con ellas mantendrá sólidos vínculos comerciales, culturales y políticos, desde su perfil de ciudad puerto.  

Nos acercamos al quinto centenario de la fundación de Maracaibo. Algunos problemas de la primigenia ciudad aun persisten: escasea el agua, el oro y la plata;  hay altas temperaturas (nos faltan árboles para aplacarlas); muchos de sus hijos se han visto obligados a marcharse de ella, y en momentos pareciera que estuviera despoblada; se cometen injusticias con los más débiles, a quienes se les somete a horas interminables de racionamiento eléctrico. La primera Maracaibo y la actual son muy similares, pero la ciudad no ha desaparecido, solo que a veces se torna hostil e indómita; pero es Maracaibo, la resiliente; la que adoran quienes residen en ella, y añoran aquellos que están lejos de su lar.

Maracaibo: tu origen nos enorgullece. ¡Feliz aniversario de tu fundación!

*Cronista de Maracaibo. Profesor de historia de Venezuela en la Universidad del Zulia. Miembro de la Academia de Historia del Estado Zulia.  Instagram: @cronistademaracaibo. X: @CronMaracaibo.  E-mail:[email protected]

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