El Viernes Santo es una festividad cristiana en la cual se conmemora la muerte de Jesús de Nazaret. Se celebra durante la Semana Santa, y es el día en que la Iglesia católica manda a sus fieles, como penitencia, a guardar ayuno y se celebra la liturgia de la Pasión del Señor.
Fundamentalmente es un día de duelo durante el cual se recuerda la crucifixión de Jesucristo en el Calvario, quien se sacrifica para salvar del pecado a la humanidad y darle la vida eterna. De allí viene, la cruz como símbolo de gloria para la adoración a los cristianos.
Este día, en las iglesias, las imágenes —principalmente el crucifijo— se cubren con tela morada, en señal de la ausencia de Jesús. La finalidad es dar a la liturgia la sobriedad característica del recogimiento al que llama la muerte de Jesús, y reflexionar sobre el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. La imagen de la Virgen María se viste de negro como muestra de su luto y profundo dolor por la muerte de Jesús. Algunos miembros de la parroquia también asumen este color de vestimenta para simbolizar el duelo.
También se medita sobre las siete palabras, las últimas que Jesús pronunció en la cruz antes de fallecer. Los fieles reflexionan sobre el significado que pudieron tener e interpretan la forma en que estas se adaptan a las diferentes situaciones de la vida por las que pasa todo el mundo.
Las imágenes se descubren el domingo de Pascua, como símbolo de la Resurrección de Jesús.
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Javier Sánchez
Noticia al Día