Jorge Lanata, uno de los periodistas más reconocidos de Argentina, falleció este lunes 30 de diciembre a los 64 años, tras atravesar complicaciones graves de salud. Lanata se encontraba desde el mes de junio internado en el Hospital Italiano de Buenos Aires. El cuadro que terminó con su vida fue una infección generalizada.
El deterioro en la salud de Lanata había comenzado a mediados de junio de este año, cuando sufrió una descompensación durante un estudio de rutina. Desde entonces, su situación fue agravándose, con múltiples hospitalizaciones y recaídas. El periodista había sido internado nuevamente a principios de septiembre, justo en su cumpleaños, debido a un cuadro febril que lo llevó de vuelta a terapia intensiva, donde permaneció conectado a un respirador mecánico.
Durante los últimos años, el periodista había enfrentado una serie de graves problemas de salud, que incluyeron complicaciones cardíacas y renales, además de múltiples internaciones. En abril de 2024, había sido ingresado en la Fundación Favaloro por una dificultad respiratoria, lo que obligó a una breve interrupción de sus actividades profesionales.
En enero de este año, en una entrevista radial, Lanata reflexionaba sobre los momentos críticos que había vivido durante una de sus tantas internaciones. “Tuve tres períodos de perder totalmente la conciencia, estar intubado, salir y volver a entrar. Fue muy fuerte y feo”, contó en diálogo con Luis Majul, recordando lo cerca que había estado de la muerte. “Pensé que las cosas se podían terminar”, agregó.
Jorge Ernesto Lanata (Mar del Plata, 12 de septiembre de 1960 – Buenos Aires, 2024) fue un influyente periodista, escritor y documentalista argentino, destacado por su espíritu combativo y su incesante búsqueda de la verdad. A lo largo de su carrera, incursionó en diversos géneros, como el periodismo de investigación, la literatura, el cine documental y la televisión, convirtiéndose en una figura central del panorama mediático argentino.
Nacido en Mar del Plata y criado en Sarandí, Lanata provenía de una familia de clase media-baja. Su infancia estuvo marcada por la enfermedad de su madre, quien quedó postrada tras una operación cerebral. Fue criado principalmente por sus tías y su abuela, quienes lo acompañaron en sus primeros pasos.
A los 14 años, en 1974, Lanata comenzó a trabajar en la redacción de cables informativos en Radio Nacional, y ese mismo año obtuvo el segundo premio municipal de ensayo con "El tema social en el cine argentino". Su pasión por el periodismo ya se evidenciaba desde la escuela secundaria, donde escribía para el periódico estudiantil "Colmena", y rápidamente se destacó al realizar su primera entrevista al poeta Conrado Nalé Roxlo. Desde ese momento, Lanata demostró un interés por abordar temas profundos y desafiantes.
En 1987, Lanata fundó el diario Página/12, un periódico que, bajo su dirección, se convirtió en un baluarte del periodismo de investigación en Argentina. Este diario se caracterizó por su enfoque crítico y progresista, que marcó una diferencia en la cobertura de temas políticos y sociales en plena transición democrática. A través de su trabajo en Página/12, Lanata se consolidó como una voz independiente, que desafiaba tanto al poder político como al empresarial.
Además de su trabajo en Página/12, fue editor de otras publicaciones importantes como las revistas Veintitrés, Página/30 y Crítica de la Argentina, consolidando su reputación como uno de los periodistas más influyentes del país.
Lanata no solo dejó su huella en la prensa escrita, sino que también llevó su estilo único al mundo de la televisión y la radio. En 2012, estrenó "Periodismo para Todos" (PPT), un programa de investigación que, con un enfoque irreverente y satírico, marcó la agenda política de Argentina. PPT fue una plataforma desde la cual denunció casos de corrupción y presentó informes que sacudieron a la clase política, ganando el reconocimiento y el respeto del público, pero también generando fuertes críticas por parte de sus detractores.
En radio, su programa "Lanata sin filtro" en Radio Mitre fue uno de los espacios más escuchados, donde el periodista combinaba su agudeza crítica con un humor ácido, atrayendo a una audiencia fiel.
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