Al menos 44 personas murieron y decenas quedaron heridas en Pakistán, tras la explosión de una bomba durante un acto organizado por un partido islámico.
El ataque iba dirigido contra el partido religioso conservador Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F), que celebró una asamblea bajo una carpa a la que asistieron más de 400 miembros y simpatizantes en la ciudad de Jar, en la provincia noroccidental de Jíber Pajtunjua, cerca de la frontera con Afganistán.
La carpa colapsó por un lado, dejando atrapadas a personas que buscaron escapar de forma desesperada, según el testimonio de un testigo. El JUI-F está liderado por el clérigo Fazal ur Rehman, uno de los más destacados exponentes islamistas en la política del país y socio menor de la coalición de gobierno.
El inspector general de la Policía en la provincia Jíber Pajtunjua confirmó que la investigación preliminar reveló que se trató de un atentado suicida. Hasta el momento, ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque.
La provincia de Jíber-Pajtunjua, fronteriza con Afganistán, es una de las más conflictivas del país y es la base de operaciones de los Tehrik e Taliban Pakistán (TTP), los conocidos como “talibanes paquistaníes”, que han incrementado sus atentados tras dar por finalizado el alto el fuego en noviembre de 2022. El grupo TTP aglutina a más de una docena de grupos de militantes islamistas que operan en Pakistán, donde han matado a unas 70 mil personas en dos décadas de violencia.