La defensa de Pablo Ibar, un ciudadano hispano-estadounidense que lleva 28 años preso por un triple asesinato cerca de Miami que siempre negó haber cometido, pidió este martes ante un tribunal de apelaciones de Florida que se revoque su cadena perpetua y se le conceda un nuevo juicio.
El abogado de Ibar, Joe Nascimento, afirmó que el juicio de su cliente "estuvo plagado de errores que cruzaron la línea de casi todas las garantías constitucionales concedidas a un acusado penal", durante una audiencia celebrada por videollamada ante ese tribunal de West Palm Beach, a unos 110 km al norte de Miami.
Entre esos errores destacó "la admisión de testimonios de testigos oculares poco fiables, la limitación indebida de testigos expertos y la restricción del contrainterrogatorio de posibles testigos".
Ibar, de 50 años, fue condenado a muerte en el año 2000 por asesinar en junio de 1994 a Casimir Sucharsky, dueño de un club nocturno, y a dos bailarinas, Marie Rodgers y Sharon Anderson, en la casa del empresario en la ciudad de Miramar.
Poco tiempo antes, Sucharsky había instalado en el salón de su domicilio una cámara de vigilancia que grabó el triple asesinato.
En las imágenes borrosas, dos individuos matan a las tres víctimas, y uno de ellos se quita la camiseta que le cubre el rostro, se seca el sudor y se vuelve hacia la cámara. La Fiscalía estadounidense siempre aseguró que ese joven era Ibar.
El acusado pasó 16 años en el corredor de la muerte, hasta que el Tribunal Superior de Florida declaró nulo su juicio y pidió repetirlo por considerar que las pruebas eran "débiles y escasas" y que no había tenido una defensa aceptable.
Ningún resto de ADN de Ibar fue hallado en el lugar del crimen; y el cabello, las huellas y la sangre encontrados en la casa no se correspondían con los del acusado.
En 2019, un jurado popular volvió a condenar a Ibar por los asesinatos, pero esta vez a cadena perpetua. Durante el juicio la Fiscalía añadió a sus pruebas incriminatorias el hallazgo de una pequeña muestra de ADN del acusado en la camiseta del joven de la grabación, encontrada en la casa de Sucharsky.
Durante la audiencia de este martes, en la que no estuvo presente Ibar, la defensa aseguró que la presencia de ese ADN es fruto de una contaminación accidental después de que la camiseta fuera conservada por la policía en una bolsa desprecintada y en mal estado.
Los tres jueces del caso estudiarán ahora los argumentos del abogado y la Fiscalía durante una fase que podría prolongarse varios meses.
AFP
