El liderazgo de la oposición democrática acordará una opción electoral unitaria para producir un cambio histórico este próximo 28 de julio, en las elecciones presidenciales convocadas. Tenemos confianza plena en el liderazgo de María Corina Machado y de los conductores de los partidos políticos integrantes de la Plataforma Unitaria, para responder, con sentido unitario y patriótico, a las tropelías del oficialismo que pretende crear desesperanza y provocar abstención.
Bajo cualquier circunstancia la oposición democrática debe mantenerse aferrada a la estrategia de la participación electoral. Es la hora de confiar en la conciencia de cambio de la gente y no de la postura de abdicación de algunas elites políticas y empresariales.
Tributan a esta estrategia dos hechos, el primero, la sociedad civil resolvió en las elecciones primarias del 22 de octubre una vocería legítima y de conexión popular que encarna la ingeniera Machado, el segundo, ha quedado derrotada la propuesta abstencionista por decisión correcta del liderazgo de los partidos de la Plataforma Unitaria Democrática.
La confrontación política por el porvenir de nuestro país no se reduce a una lucha de varios partidos políticos contra el PSUV, o de una ideología contra otra; de lo que se trata, con sentido de la dimensión histórica, es el anhelo y esperanza de nuestra nación de cerrar el ciclo oprobioso y destructor de nuestra economía y familia, bajo la responsabilidad de una “revolución” que ha terminado siendo un gigantesco fraude ético, económico y humanístico.
Me permito exhortar con el mayor respeto y aprecio a la izquierda democrática disidente del Gobierno a asumir la construcción, junto a la oposición democrática, de una Gran Alianza Nacional para restablecer la democracia y el Estado de derecho. El movimiento popular, clasista y comunal de Venezuela no tiene porvenir alguno bajo un régimen que vulnera descaradamente sus derechos y judicializa a los movimientos políticos como el PCV, PPT y MEP.
Se hace obligante asumir la actual histórica coyuntura electoral presidencial sin apego a dogmas o prejuicios que eviten el encuentro entre fuerzas políticas diferentes de la izquierda, el centro y la centroderecha, a si como corrientes sindicales y de lucha popular de diversos signos. La inmensa mayoría del pueblo venezolano agradecerá y acompañará este gesto unitario de las fuerzas y movimientos progresistas de Venezuela.
La exigencia programática principal para el nuevo gobierno liderado por la Gran Alianza Nacional será el pleno restablecimiento de la vigencia de nuestra constitución en toda su dimensión de derechos políticos, sociales, económicos y de DD. HH.
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