En los últimos días, a través de los chats vecinales, se difundió la supuesta aparición de unas orugas o gusanos venenosos, en sectores del este de Caracas, como San Román, El Cafetal o el Country Club, generando alarma en la ciudadanía. Inicialmente, se les identificó como Lonomia obliqua, una especie altamente tóxica que provoca dolores de cabeza, vómitos, inflamaciones, hemorragias y erucismo.
Sin embargo, la versión fue desmentida por voceros de Provita y el Museo del Instituto de Zoología Agrícola (MIZA UCV), quienes aclararon que las referidas orugas o larvas avistadas en áreas verdes del área metropolitana de Caracas, pertenecen al género Dirphia, muy posiblemente Dirphia avia.
Aunque menos tóxicas, estos animales también presentan pelos urticantes, por lo cual debe evitarse cualquier contacto. En caso de alguna reacción cutánea, la recomendación es acudir al médico.
Son especies locales, han estado aquí por cientos de años
José Clavijo, entomólogo y profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), explicó en declaraciones a Voz de América que, si bien la oruga de la especie Dirphia es del mismo grupo de la subfamilia del gusano Lonomia obliqua y son "muy parecidas", “no tienen nada que ver”.
“Son especies locales, no vienen de ningún lado, han estado aquí por cientos de años”, afirma Clavijo al describir que esta oruga tiene unos pelos conectados a una glándula venenosa, mecanismo que usan contra depredadores y, al ser rozados, producen la reacción cutánea.
La exploradora venezolana Karen Brewer hizo un llamado a no matar o fumigar a las orugas, solo mantenerse a distancia de ellas. “Las orugas se convertirán en mariposas, polinizarán muchas plantas, lo cual incidirá en el equilibrio de la naturaleza. Que no sepamos cómo convivir con algunos animales, no justifica que vamos a acabar con ellos”, señaló´a través de su cuenta en Instagram.
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F Reyes
Noticia al Día
Con información de Provita / VOA