Es muy amplia la historia que se conoce sobre Simón Bolívar, libertador de Venezuela y otras cuatro naciones más: Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia.
Cada día se rememoran más relatos sobre las fascinantes hazañas del guerrero caraqueño, quien siendo muy joven emprendió grandes cruzadas para sacar, de una vez por todas, a los españoles de América.
Bolívar, el académico, intelectual, políglota, deportista y experto en las ciencias y artes militares, no solo era el hombre que ya conocemos por los libros, ese que sufrió la pérdida de sus padres siendo un niño o que perdió casi todo su patrimonio apostando a la libertad.
Como todo ser humano, el Libertador también padecía muchas aflicciones y penas que convirtieron su vida en un infierno. La brutal y sangrienta guerra entre americanos y españoles dejaron severas secuelas en la vida de Bolívar, una de ellas fue no poder dormir en paz.
Bolívar reveló en una oportunidad su gran amor por Manuelita Sáenz; tenía constantes pesadillas como parte de los traumas de la guerra: el Libertador soñaba con fantasmas y rostros desfigurados.
"Bolívar sufría con la carnicería en la que se convertían los conflictos. Desde 1812 hasta 1824, miles de hombres, mujeres y niños dejaron sus vidas de las formas más atroces.
De más está decir que, como impulsor de la Guerra a Muerte desde el lado patriota, la firma de Bolívar tuvo mucho peso en los crímenes. Todo le pasó factura en el ámbito más personal, reseña el portal Venezuela de Ayer.
Acá la carta sin fecha de Manuelita a Bolívar:
General Simón Bolívar
Muy señor mío:
Sobre esos sueños suyos que tanto le preocupan, pienso que nada hay más normal que un hombre ligado a la guerra vea en sueños esos rostros que se desfiguran y esos hombres que desaparecen bajo la garra cruel de la muerte, oculta detrás de las montañas.
Mi Simón, no piense usted en eso, dele un vistazo a su trayectoria, su benevolencia y el favor que usted hizo libertando estos pueblos, y olvide la villanía con que se manifiestan. Usted siempre ha querido la paz y ésta ha tenido que escribirse con sangre y, desafortunadamente, esculpida con la piel de los que han muerto.
Olvide usted esos fantasmas que tanto daño le hacen y piense en alguien hermoso como su
Manuela.
Haroldo Manzanilla
Noticia al Día