La agricultura es uno de los sectores clave en la economía de un país y debe ser cuidado para que perdure durante generaciones. La situación económica y social de Venezuela hace que haya una escasez importante de alimentos, especialmente en las grandes ciudades, y eso hace que algunos se planteen el uso de agricultura intensiva para intentar solventar el problema.
Desafortunadamente, el uso de técnicas como la mencionada puede dar resultado a corto plazo, a costa de dejar la tierra inservible a medio o largo plazo. La agricultura sostenible puede ser la solución para solventar los problemas de producción de alimentos del país mientras mantiene la calidad del suelo y preserva el medio ambiente. Para ello, Venezuela ha elaborado un plan de sostenibilidad para apoyar las iniciativas de desarrollo agrícola sostenible y promover el comercio con otros países vecinos.
Tipos de agricultura en Venezuela
Ya que Venezuela es un país extenso y con gran diversidad geográfica, no es extraño encontrar diferentes tipos de agricultura a lo largo y ancho del país. Si bien existen más tipos, los principales son la agricultura extensiva, intensiva, itinerante y de subsistencia.
La agricultura extensiva, como su propio nombre indica, se practica en grandes extensiones de terreno donde, por norma general, hay poca población y medios tecnológicos. La agricultura intensiva se basa en producir la mayor cantidad posible de producto para poder venderlo a terceros, pues lleva consigo una gran inversión de capital.
Por otro lado, la agricultura itinerante es aquella donde la producción cambia de lugar cada vez que se realiza una cosecha y la agricultura de subsistencia se basa en la producción de pequeñas cantidades de alimentos, habitualmente para atender las necesidades del agricultor y personas cercanas. Ésta última es la más común entre los indígenas del país.
Agricultura industrial y consumo responsable
De forma generalizada, se tiene a considerar que la agricultura industrial es un sistema moderno respecto a la obsoleta agricultura tradicional. Esta supuesta modernización que se le presupone a la agricultura industrial viene, en parte, por el uso de híbridos de semillas y algunos compuestos químicos modernos; no obstante, el objetivo de la agricultura industrial es principalmente obtener los mayores beneficios posibles de la cosecha, intensificando la producción al máximo sin atender a otros problemas, como puede ser el estado del medio ambiente. A esto se le suma muchas veces el apoyo gubernamental a las empresas que realizan este tipo de técnicas.
Este modelo de producción hace que las diferencias entre agricultura extensiva e intensiva cada vez sean más difíciles de encontrar. La agricultura intensiva persigue el mayor rendimiento posible por hectárea y la extensiva, obtener una gran producción gracias a la enorme área de cultivo disponible. La enorme competitividad del mercado hace que sea casi necesario obtener el máximo rendimiento posible, sin importar la extensión del campo. Las grandes cantidades de producción permiten ajustar al máximo el precio de los productos, dejando en fuera de juego a la agricultura ecológica, que sí respeta al medio ambiente, pero cuyos precios son mayores y sus productos son más difíciles de encontrar. El consumidor, pues, debe dejar de ser un agente pasivo y buscar activamente estos productos si quiere contribuir a la sostenibilidad.
Ventajas y desventajas de la agricultura industrial
En este tipo de agricultura, las ventajas tienen principalmente un carácter económico. Se puede obtener un gran rendimiento, incluso en áreas de cultivo de extensión reducida, y requieren menos trabajo de campo que otras opciones. Además, favorece la existencia a corto plazo de suficiente comida para satisfacer la demanda.
Por el contrario, las desventajas son múltiples: al intentar obtener la mayor cantidad de cosecha posible, se agotan todos los nutrientes del suelo, produciendo degradación y erosión en este. Para que no decaiga el rendimiento por culpa de la maleza y otras plagas, es habitual el uso de productos químicos de forma continuada, lo que provoca en muchas ocasiones que las fuentes cercanas de agua dulce acaben contaminadas, produciendo un impacto negativo en la salud de las personas que beben esa agua y/o que consumen de la cosecha con grandes cantidades de químicos.
Además, al no reponer los nutrientes del suelo, es común ampliar las tierras de cultivo a costa de los bosques cercanos, produciendo así deforestación, que es, a su vez, una de las principales causas del cambio climático. Centrándonos en el aspecto social, la agricultura intensiva utiliza una gran cantidad de maquinaria, haciendo que no sean necesarios casi empleados humanos.
Tecnología para el desarrollo industrial de la agricultura
La incorporación de tecnología digital es, sin duda, el aspecto clave que puede desarrollar la agricultura en el país, teniendo en cuenta la gran cantidad de agricultores en la región, aunque, de momento, con una baja tasa de conectividad. La adopción de tecnología tiene múltiples beneficios, entre los que se incluyen una mayor calidad de la producción, cuidado medio ambiental y desarrollo de sistemas alimentarios sólidos y duraderos.
Una herramienta enfocada a mejorar la productividad agrícola es EOS Crop Monitoring. El software proporciona a agricultores y dueños de grandes explotaciones información fiable sobre el estado de los campos, la previsión meteorológica y el estado de las tareas. Los índices de vegetación incluidos en Crop Monitoring muestran el estado real de los campos, incluso cuando los problemas no se ven. Con los mapas de productividad se puede saber qué zonas que requieren atención urgente y la app de exploración facilita a los exploradores rellenar un informe con toda la información que han encontrado, adjuntando una foto si es necesario, incluso sin conexión a Internet. Asimismo, gracias a la previsión meteorológica disponible en la herramienta, se puede planificar mejor las operaciones de campo y evitar regar cuando va a llover o proteger la cosecha ante inminentes eventos climatológicos extremos.