-Las batallas entre azules y amarillos el siglo XIX tenían a veces un sentido simplista y más que programas, eran sencillamente argucias de quienes querían el poder con la bandera que fuese propicia a los fines de los gamonales del momento.
La bien conocida respuesta de un líder de entonces: “ Me declaré conservador y tomé la bandera correspondiente porque "los otros" ya habían tomado la bandera correspondiente a los liberales”.
El tema del desarrollo de la provincia y la defensa de los intereses de la gente, de los pobladores, es un tema de obligatorio debate en nuestro país del presente.
Como una gratificante experiencia de vida tenemos estas vivencias de hace algunos años. Una lucha cívica exitosa que nos permitió la aprobación de la Ley de Asignaciones Económicas Especiales, LAEE, por el Congreso Nacional y el ejecútese por parte del Presidente de la República para ese entonces, Rafael Caldera.
La idea y organización de aquella jornada tiene su referencia esencial, a nuestro entender, en una de las raíces del MB200: Ezequiel Zamora, General del Pueblo Soberano. Líder fundamental de la guerra federal, de las montoneras de la provincia, artífice de la victoria del Ejército Popular en Santa Inés contra el Ejército de la Oligarquía. Esta batalla cívica la dimos con esos principios.
Las dos anteriores constituciones de nuestro país, tenían en su contenido, incisos que eran una comprensión de los cambios en la situación de nuestra sociedad. El paso de la Venezuela agrícola y pecuaria a la petrolera, trajo consigo una situación de sobredemanda de servicios y afectaciones ambientales a los espacios donde se daba la explotación de hidrocarburos.
Mucha gente buena del Zulia entonces se fue sumando. Recuerdo a Humberto Jiménez Maggiolo, a Fernando Chumaceiro, los equipos de la Escuela de Gobierno, los alcaldes del Zulia, productores del campo zuliano. Destaco la actividad incansable de Giovanni Finol, Jesús Esparza y los activistas ambientales de primera línea, Roger Navas y Luis Soto Luzardo, entre muchos otros.
Elaborar la propuesta, redactarla adecuadamente, consensuar los contenidos. Ampliar los beneficios a estados no petroleros, toda una labor de equipo. El trabajo de convencimiento y la promoción de la propuesta de ley como una necesidad verdadera. Las visitas y reuniones con los gobernadores de la época en Carabobo, Falcón, Monagas y Anzoátegui.
Luego la relación de los gobernadores con sus diputados nacionales. Y la llegada y presentación de la propuesta al Congreso. La discusión diferida. Allí funcionó la declaración de emergencia legislativa que promovió el diputado Rodrigo Cabeza con legisladores de diversas corrientes políticas. Posteriormente la discusión, obligados por la urgencia y la necesidad de asignación del presupuesto de gastos, se aprueba por mayoría aquella ley de justicia con el Zulia y con las regiones de nuestro país.
Debí referir con consideración la postura democrática del Presidente Caldera. Con él desde la salida de la cárcel mantuvimos una relación de respetuosa diferencia. Un evento definitivo es el de la colocación del ejecútese a la ley, donde logramos negociar una aplicación gradual de las erogaciones a las regiones.
El Presidente visita el Zulia en las primeras semanas de aquel mes de diciembre para el saludo a la guarnición militar. Lo recibo en la escalerilla del avión y le doy la bienvenida. El día anterior habíamos costeado y publicado los gobernadores propulsores de la ley, unas páginas completas con una carta abierta dirigida a él. Apenas pude saludarlo. Inmediatamente me preguntó: Gobernador, ¿cuánto cuesta una página central completa en El Nacional?. Le di el costo. Y ¿en Panorama?, y ¿en todos los periódicos de cada estado?. Voy respondiéndole lo que estimaba. Al final me dice. Si tienen tanto dinero para que necesiten más con la LAEE.
Seguía al saludo a los militares. Trato de alejarme para no interrumpir, me toma fuerte del brazo y me pregunta: ¿Qué hace el gobernador del Zulia sí el presidente de la República, hace uso de sus atribuciones, veta esa ley por inconstitucional y la retorna al Congreso? ¿Sabe usted que esa ley afecta la unidad del tesoro?.
Al momento la soberbia de aquellos años, me llevaron a la idea de decirle: cerramos el canal de navegación, cerramos el puente sobre el lago, nos vamos a protestar en Miraflores. En lugar de esto, le dije humildemente: Presidente, el Zulia siempre lo ha querido, ha sido su bastión cuando otras regiones le han rechazado. Soltó mi brazo y me dijo, esta tarde voy a ponerle el ejecútese a esa Ley.
De pronto el Presidente ya lo tenía decidido y solo probaba a un gobernador que venía de una rebelión militar. Para mí fue un gesto con la tierra de Urdaneta, con el Zulia de Luz, con corazón de agua.
En la constituyente, nuestros diputados de entonces defendieron la ley y no fue derogada por aquel parlamento. Después ocurrió la confrontación del 2000, y la utilización de la ley para fines diversos no previstos en su contenido. La acción inmediata ante estos desafueros, el retorno de esos recursos al manejo central.
Dios quiera que podamos retomar este tema de centralismo y federación, el manejo de posibilidades de las provincias en sus espacios y cerca, con participación de los propios ciudadanos.
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FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS