Juanpi Añor se convirtió en nuevo jugador del Caracas FC

La Inteligencia Artificial (IA) nos proporciona una variedad de herramientas que facilitan la realización de tareas y acciones en segundos, que hace apenas unos años eran inimaginables o requerían horas de trabajo. Sin embargo, al igual que la IA puede ser utilizada para el bien, también hay quienes la emplean con fines maliciosos. Sam Mitrovic, un experto en seguridad de productos de Microsoft y fundador de la consultora CloudJoy, ha advertido que los ciberdelincuentes han logrado obtener identificadores de llamada asociados a la empresa para hacerse pasar por técnicos legítimos y contactar a los usuarios utilizando esta tecnología. Mitrovic ha observado que los ciberdelincuentes están utilizando herramientas de IA generativa de voz para engañar a los usuarios, haciéndose pasar por el servicio técnico de Google. Él mismo fue objetivo de esta estafa, que comienza cuando se recibe una notificación solicitando aprobar un intento de recuperación de cuenta de Gmail proveniente de un país extranjero; en su caso, Estados Unidos. Al recibir la notificación, Mitrovic la rechazó. Sin embargo, en menos de una hora, recibió una llamada desde Australia afirmando ser de Google, a la que tampoco prestó atención. Una semana después, recibió nuevamente una notificación para aprobar la recuperación de su cuenta de Gmail, otra vez desde Estados Unidos. Después de descartarla, volvió a recibir una llamada con un número australiano, pero esta vez decidió responder. Al otro lado de la línea, una voz con acento estadounidense, "muy educada y profesional", se presentó como técnico del servicio de Google, informándole de una actividad sospechosa en su cuenta de correo electrónico. El supuesto técnico le dijo que alguien había accedido a su cuenta de Gmail y descargado sus datos. Desconfiando de la llamada y aprovechando sus conocimientos en ciberseguridad, Mitrovic verificó el número de teléfono y vio que coincidía con el número oficial de Google Australia. Aun así, solicitó al operador que le enviara un correo electrónico detallando la presunta incidencia. El técnico cumplió, enviando un correo que aparentemente incluía un dominio de Google. No obstante, Mitrovic notó que en el campo ‘Para’ se encontraba una dirección de correo con un dominio que no pertenece a Google: ‘[email protected]’. Entonces, decidió investigar los accesos a su cuenta y confirmó que solo él había iniciado sesión, lo que le alertó y lo llevó a ignorar las solicitudes del supuesto técnico. Mitrovic concluye que, de no haber estado atento y no tener conocimientos en ciberseguridad, probablemente habría aprobado la recuperación de la cuenta, lo que habría permitido a los ciberdelincuentes tener control total sobre su Gmail y dejarlo sin acceso a su cuenta.

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