En un ambiente de euforia masiva, decenas de miles de personas se han congregado en distintos puntos de Buenos Aires a la espera del desfile que harán este martes Lionel Messi y su equipo campeón del Mundial para celebrar la obtención de la tercera estrella albiceleste.
Una multitud está llegando hasta los puntos del recorrido que hará la selección por la ciudad a bordo de un autobús descubierto, especialmente en el Obelisco, en el centro de Buenos Aires y punto tradicional de los festejos deportivos en Argentina.
Se sumaron a los miles de fanáticos que hicieron vigilia toda la noche para tener un sitio privilegiado al paso de la caravana campeona, que recorrerá unos 40 km.
"Yo ya con verlos pasar es mucho. Si Messi nos mira a los ojos, a la cámara, ya está", dijo a la AFP en el Obelisco Valentín Pino, de 19 años. "Después de tanto sufrimiento, ya se consagraron!", celebró con una sonrisa.
En el centro porteño hay un ir y venir de simpatizantes con banderas argentinas por doquier. Bocinazos, cornetas, y el corear espontáneo de Muchachos… el hit mundialista se escucha en cada esquina.
Nicolás Arias, estudiante de Economía de 19 años, fue al Obelisco con su grupo de once amigos, todos con la camiseta albiceleste. "Estuvimos un rato en el Obelisco, nos sacamos fotos, ahora nos volvemos para verlos pasar por la General Paz", explica en alusión a una de las avenidas por donde pasará la caravana, según el anuncio oficial.
El Gobierno decretó feriado nacional para facilitar la participación en la fiesta multitudinaria.
- "Buen día"
"Buen día", escribió el capitán Messi en una publicación en sus redes sociales desde la cama del complejo de la AFA durmiendo abrazado a la Copa como un niño con su juguete más preciado.
Con la Copa en la mano y una enorme sonrisa, el capitán había descendido de las escalerillas del avión a las 2.40 (5.40 GMT) y saludó a la multitud entusiasta que estuvo esperando en vigilia a su selección.
Su llegada al aeropuerto de Ezeiza fue celebrada por el grupo La Mosca Tse Tse, que en la misma pista de aterrizaje entonó Muchachos, la canción convertida en el himno de este torneo.
El flamante equipo campeón pasó la noche en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino, cercano al aeropuerto internacional de Ezeiza, su lugar habitual de concentración y desde donde partirá la caravana de celebración este martes.
- Júbilo en las calles
Las autoridades dispusieron un operativo de seguridad con desvíos de tránsito y postas policiales para prevenir desmanes a lo largo del recorrido.
Entre bombos, banderas y camisetas con la estampa del "10″ de Messi, familias enteras pasaron la noche tratando de hacerse un lugar para ver, aunque sea fugazmente, el paso de sus ídolos.
Los jugadores y su técnico Lionel Scaloni fueron recibidos la madrugada de este martes con una alfombra roja. La multitud que se había reunido al borde de la carretera dificultó el avance del autobús de la selección, que tardó una hora y cuarto en recorrer los 11 kilómetros que separan al aeropuerto del predio de la AFA.
Aunque acababan de pasar largas horas en el avión, los jugadores se sumaron al festejo con saltos, bailes y cánticos, mientras se pasaban el trofeo unos a otros y lo mostraban al público.
Con teléfonos móviles que iluminaron la noche, los aficionados siguieron el recorrido del autobús con banderas argentinas, bengalas y fuegos de artificio y lanzaron cartas y balones a los futbolistas.
"Es una emoción que no se puede explicar. Te salta el corazón. Creo que es el único país que lo vive de esa manera, con esta locura, alegría, felicidad", dijo a la AFP Alejandra Díaz, trabajadora de una guardería de 55 años.
- El Obelisco de fiesta
El Obelisco de la avenida 9 de julio de Buenos Aires ya congregó a más de un millón de personas el domingo y vuelve este martes a ser el epicentro de celebración.
El domingo, con una de las mayores movilizaciones espontáneas de los últimos tiempos en la ciudad en la que se estimó participaron más de un millón de personas, no se reportaron incidentes de magnitud y hubo apenas 17 detenidos, por daños y hurtos.
No está claro si el plantel argentino visitará la Casa Rosada, la sede del gobierno, y saludará a los aficionados desde el balcón de la histórica Plaza de Mayo como ocurrió en los títulos de 1978 y 1986.
La tercera estrella llega después de 36 años de espera en los que Argentina perdió dos finales de Mundial en 1990 y 2014.
AFP