El presidente de Argentina, Alberto Fernández, se convirtió en el primer jefe de Estado de la historia que no recibió a los jugadores de su selección tras ganar el Mundial, desde que existe este torneo en 1930.
Es una tradición que el Presidente reciba a los campeones del Mundial, pero, en el caso de Alberto Fernández, debió ver por televisión desde la Quinta de Olivos (residencia presidencial) la caravana con los festejos. No solo se quedó sin la imagen institucional, sino que tampoco fue al predio de la AFA a saludar a los futbolistas.
En Argentina, Raúl Alfonsín abrió las puertas de la Casa Rosada en 1986 para que el conjunto liderado por Diego Armando Maradona festejara la obtención del trofeo en México. De la misma manera, Jorge Rafael Videla se encargó directamente de entregarle la copa al capitán Daniel Pasarella en 1978.
Emmanuel Macron (Francia 2018), Angela Merkel (Alemania 2014), José Luis Rodríguez Zapatero (España 2010), Romano Prodi (Italia 2006) y Fernando Henrique Cardoso (Brasil 2002) fueron los jefes de Estado que recibieron a sus equipos luego de consagrarse campeones del mundo en los últimos 22 años.
Esta tradición nunca se interrumpió en el siglo XIX, donde incluso los dictadores Emílio Garrastazu Médici (Brasil 1970), Benito Mussolini (Italia 1938) o Jorge Videla (Argentina 1978) tuvieron sus fotos con sus selecciones.
El diario La Nación señaló que Fernández mantiene una relación tóxica con el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia.
A diferencia del presidente francés, Emmanuel Macron, que sí se trasladó a Doha para respaldar a su selección, Alberto Fernández siguió la final desde Argentina.
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