Fue una señora de las que hacían servicios en aquella época, que buscaba madera seca en la orilla de la playa para hacer el fuego y cocinar, la que encontró la tabla donde se reveló la Virgen de Chiquinquirá y no la española María D Cárdenas, de la que habla la historia.
Así lo hizo saber a Noticia al Día Renato Aguirre, creador de las últimas poesías transformadas en gaita, dedicadas a la patrona de los zulianos, la Virgen Chinita, una de ellas titulada “La Elegida”, un ícono gaitero difícil de repetir, según el propio autor.
Se ha dicho que una anciana consiguió la tablita en el Lago de Maracaibo y cuando la llevó a su casa hizo su aparición la Chiquinquirá. Eso no es verdad-aclara Renato- según lo determina las investigaciones que se han realizado sobre los milagros marianos.
“En la última investigación que hice, en correspondencia con el hermano Nectario María, investigador de origen español, considerado como uno de los más acertados, conciso y precisos, en lo que respecta a los milagros marianos, en su libro sobre Chiquinquirá solamente habla de dos personajes, María D Cárdenas a quién, según él, la historia le asigna la propiedad de la casita donde hubo el milagro”, relató el compositor gaitero.
Para Renato, si la señora tenía ese nombre, se entiende que tenía linaje español y por muy humilde que fuera la vivienda donde se reveló la imagen sagrada, ella era su propietaria y no era parte de la servidumbre y, por lo tanto, se explica entonces el porqué no tenía que encargarse de los servicios de la casa, hacer comida, ni atender la mulatería (negros para la manutención de la casa). Ese personaje discurre sin más nada, aclara el trovador de la Virgen.
El segundo personaje del cual habla la historia es una señora desconocida, cuyo nombre no pasó a la historia, que se encargaba de los servicios de la casa, como moler el maíz, cacao y demás oficios del hogar, que incluían ir a la playa como costumbre de las lavanderas en el siglo XVIII, de la servidumbre, tiempo en que tenía vigencia el título de "esclavas libre" que estaban al albedrío de quién en la casa estuviera en el mando, según recoge el autor de La Elegida en su investigación.
Esta mujer iba a la playa a lavar y se reunía con los mulatos, con los zambos, sin condición española alguna, y eran los españoles en la época que tenían el poder de la iglesia, el poder militar y el de la política.
“Una cosa muy personal mía, te puedo decir, y es posiblemente alguien ligado a la iglesia, se pudo haber encargado de que el nombre de esta humilde mujer llegara a pisar terreno de la historia”, comentó el gaitero.
Con el tiempo la gente se encargó en decir que, María D Cárdenas fue la que encontró la tablita en el Lago de Maracaibo donde apareció la Chinita, como si fuera ella la protagonista, y no es así, porque esta señora jamás estuvo en la playa y el otro personaje desconocido que asoma la historia si, como aparece en el registro histórico, que iba en grupo con otras personas que llevaban las cestas en burro y carretas para lavar y buscaba madera seca en la orilla de la playa con la que haría fuego para cocinar ese día de jornada laboral.
Este personaje fue, la que consiguió en la orilla de la playa, entre escombros de ramas secas y pedazos de viejas embarcaciones de madera, la tablita que se llevó a la casa y resplandeció apareciendo la imagen de la Chinita. Es ella la Elegida.
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