El papa Francisco pidió este domingo desde la isla francesa de Córcega a los sacerdotes que “no torturen a la gente en el confesionario” y perdonen siempre.
El pontífice señaló que en 53 años de sacerdocio no ha negado nunca una absolución, y advirtió a los religiosos que huyan de la vanidad porque: «no olvidemos esto: en el centro está el Señor. No estoy yo en el centro, sino Dios».
Francisco llegó este domingo 15 a Agaccio, la capital de la isla francesa, para participar en el congreso sobre la «Religiosidad Popular en el Mediterráneo» invitado por el obispo de la ciudad y cardenal de origen español, Francisco Javier Busti y se trasladó a la catedral de Nuestra señora de la Asunción.
«En el contexto europeo en el que nos encontramos no faltan problemas y desafíos relacionados con la transmisión de la fe, y ustedes lo experimentan cada día, descubriéndose pequeños y frágiles», comenzó el papa su discurso.
En su discurso el Santo Padre aconsejó a los sacerdotes: quisiera dejarles una doble invitación: “cuidar de sí mismos y cuidar de los demás. “Abrid los corazones a todos, sin hacer distinciones. Sobre todo, salid al encuentro de las personas allí donde viven y trabajan, y perdonad siempre todo. No hagáis demasiadas preguntas: escuchad y perdonad. No torturéis a la gente en el confesionario, perdonad siempre: el Señor nos ha dado el ejemplo», dijo.
«Hay que tenerle miedo a esas personas que están siempre activas, siempre en el centro, que quizá por demasiado celo nunca reposan, nunca toman una pausa para sí mismos. Eso no es bueno, se necesitan espacios y momentos en los que cada sacerdote y cada consagrado cuiden de sí mismos», agregó.
El papa también celebrará misa en la Place d’Austerlitz, donde se esperan 7.000 personas y al final de la jornada, el papa se reunirá en el aeropuerto con el presidente francés, Emmanuele Macrón, que acudirá sólo para este encuentro y no participará al resto de actos.
Con información EFE