Lunes 17 de febrero de 2025
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The wall: un espectáculo grandioso hechizó al público del Teatro Baralt

Una vez más la lluvia pretendió aguar la fiesta artística que, en la noche del pasado sábado 27, convirtió a…

The wall: un espectáculo grandioso hechizó al público del Teatro Baralt
Foto: Cortesía Andry Jons.
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Una vez más la lluvia pretendió aguar la fiesta artística que, en la noche del pasado sábado 27, convirtió a la platea del Teatro Baralt en un deslumbrante foro político y social.

Foto: cortesía Andry Jons.

Por el legendario álbum de Pink Floyd, The wall, no es sino eso: un alucinante estallido de lúcida inconformidad, un glorioso canto épico contra el fascismo. El compositor de casi toda la genial obra, el comprometido activista Roger Waters, aún en el centro de la polémica, lo resume como “una clara declaración de oposición al fascismo, la injusticia y la intolerancia en todas sus formas".

Foto: cortesía Andry Jons.

Casi lleno estuvo el Teatro Baralt durante esta apoteósica fusión de gran talento multidisciplinario. La integración de las bandas de rock locales Knister y Meykio resultó portentosa y electrizante. Los efectos de escenografía, iluminación, sonido y video fortalecieron una propuesta sorprendente y nunca antes vista en esta disciplina de la música contemporánea local.

Foto: cortesía Andry Jons.

Fabulosa conjunción de profundos criterios progresivos, música para escuchar y sentir y pensar, lograron estos músicos extraordinarios: desde las finas y muy bien armonizadas voces de Samuel Lam, Rafmar Rangel y Sol Ávila; los sublimes acordes dispensados por las guitarras de Jonathan Patiño,  Roberto Martínez y Luis Salaverría, el atemperado bajo de Carlos Pacheco, más los acordes de Gabriela Cardozo en los teclados y los sólidos compases de Jesús González en la batería, todos ellos entregaron su alma para armonizar un grito estentóreo sobre la condición humana en esta jodida era posmoderna.

Foto: cortesía Andry Jons.

El director del Teatro Baralt, Jesús Lombardi Boscán, se declaró “feliz  porque se están haciendo los sueños realidad, que es lo más importante en una gestión. Es decir, que tengamos la posibilidad de tener un concierto con esta obra tan importante del rock, nos emociona… Aquí, en el Baralt, hay esta noche como una gran emoción y una gran respuesta… Esto forma parte de las obligaciones que tiene nuestra institución cultural, como es atender a todos los públicos y realmente teníamos relegado al público del rock acá. Si me dices de Baralt Rock podría decirte que ojalá esté naciendo aquí, esta noche, esa gran idea”.

Foto: cortesía Andry Jons.

Una idea preciosamente iluminada por el maestro José Luis Cabrita, mientras que David Romero estuvo a cargo de las imágenes proyectadas. Juan Mantilla registró visualmente la obra (las fotos que mostramos hoy son por cortesía y gentileza profesional de Andry Jons), mientras que la muy buena calidad del sonido fue vigilada por Ramiro Parra. Como mánager del escenario estuvo Enmanuel Arenas.

Foto: cortesía Andry Jons.

Concebida en dos actos, la monumental pieza puesta en escena por las sendas bandas locales contó también con la participación de actores como los niños Sofia, Lionel y Julieta Salaverría, José J Mármol, Daniel Ávila, Julio Rosales, Felipe Vargas y Osmán Bracho.

Junto a ellos, los también actores Isabel González, Eliza Mavares, Nicolás Meléndez, Elisaúl Urdaneta, Julián Urdaneta, Diego Abreu, Chantal Crespo, Juan Vílchez, Leonardo Urdaneta, Enmanuel Viloria y Gabriel Pernalete.

Foto: cortesía Andry Jons.

El noble rockero César Marín lideró la producción por el Baralt, en compañía de Ileana Arteaga, Emmanuel Arenas, David Romero, Andrew Morillo y Ramiro Parra.

Tanya Méndez llegó, desde Alemania, para registrar este concierto prodigioso: “Adoro celebrar con vos, ustedes todos, estos encuentros tan bien logrados. Temprano vimos la exposición de Carmelo Niño, cuyos cuadros llevan por dentro estas mismas atmósferas de Pink Floyd y he sabido de los jóvenes que acompañaron a mi amiga María Bencomo, en la pintura de un mural y luego el arquitecto Lombardi tiene a este teatro tan bonito y bien cuidado. Siento que el alma de mi pueblo recupera pronto su majestad y nobleza”, creyó decir.

Foto: cortesía Andry Jons.

Músico excelso y luthier de guitarras eléctricas, el maestro Claudio Dalla, de la banda Arpía, afinó: “Es espectacular..! En verdad está muy bueno, muy muy bueno…La parte audiovisual excelente y en la mezcla de varias disciplinas, también muy bien hechas y aquí en Maracaibo… Y el cantante Samuel, en particular, que le da las inflexiones. Rafmar también lo hace con gran calidad de voz”.

Foto: cortesía Andry Jons.

Cultor del género a niveles historiográficos, el baterista Mauro Pérez aplaudió públicamente esta iniciativa del Teatro Baralt de auspiciar y promover la buena música de la contracultura: “Para todos esta noche contiene todos los elementos para combinar nostalgia y realidad. Creo que se viene una nueva ola de rock aquí, en el Baralt, donde nacieron tantas bandas importantes, unas décadas ha..”.

Un especialista en el género, Henry Trauma no escatimó elogios: “Realmente estoy sorprendido de la puesta en escena de los actores la música obviamente brutal sorprendido estoy y gratificante de ver tanta gente público de varias generaciones tener un público de Rock…”.

Foto: cortesía Andry Jons.

Desde el tren de esta memoria tan fumarola, recordamos que, “en 1979, la banda británica de rock progresivo Pink Floyd publicaba un exquisito álbum conceptual titulado The wall (La pared, El muro) y a la cabeza del proyecto: David Gilmour y Roger Waters.

Luego, este álbum es llevado al cine de la mano de Alan Parker, con un guion de Roger Waters. Llena de metáforas, símbolos y excelsa música deviene una película surrealista de culto. Varios elementos entran en la concepción épica de ambas producciones, la muerte, la sobreprotección materna, la opresión de la educación, los fracasos sentimentales, la presión del Star System, las drogas, la enfermedad, entre otros. De hecho, The wall se convierte en un grito rebelde contra una sociedad que basa el ejercicio del poder desde lo disciplinario.

Foto: cortesía Andry Jons.

Sí, ese poder que -como lo describe el filósofo Byung Chul Han- “encorseta a los hombres de forma violenta con preceptos y prohibiciones” (De la educación de la sociedad de control a la educación de la sociedad digital).

Otro sabio rock star, pero de la filosofía, el esloveno Slavoj Zizek, en 2008, desde Wall Street ocupada, inquiría: “La razón por la que estamos aquí es que estamos hartos del mundo que recicla latas de coca-cola, del mundo del capuccino Starbucks, del mundo que destina un 1% de la riqueza a los niños que pasan hambre. Ya no es suficiente para que estemos a gusto, después que se hayan subcontratado la guerra y la tortura e incluso después que las agencias matrimoniales subcontraten a diario hasta nuestra vida amorosa…”.

Foto: cortesía Andry Jons.

Waters y su “demagogo fascista inestable”: "son una clara declaración de oposición al fascismo, la injusticia y la intolerancia en todas sus formas".

“Esto no es un simulacro”, se llama el espectáculo de Waters. Él es ese espíritu de Pinky, ese personaje tan dulce e ingenuo como contestatario y revulsivo, a quien siempre recordará el niño Dylan Blanco con su chaqueta negra disparando ráfagas de poesía cruda a los trémulos espectadores. Al finalizar, afuera la lluvia celebraba los lacónicos estertores de este equipo de magníficos artistas que volaron el muro y continuaron demostrando que las nuevas generaciones de artífices en Maracaibo vienen con todo. Y desde esta fila iluminada, este cronista les garantiza esos Ecos infinitos que luego llevarán la luz al mismísimo Lado oscuro de la luna.

Gracias, infinitas…!!!

Salud…!!!

Lee también: Con The wall el Teatro Baralt imparte el sábado cátedra  de rock

Alexis Blanco (Especial para NAD)

(Fotos por cortesía de Andry Jons)

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