Es posible que todos los residentes de Chile, o extranjeros turistas que se dan una paseadita por sus playas como Canelillo, el hermoso lugar que de lejos parece una playa caribeña como las nuestras, no tengan referencia de la fiesta de tambores venezolanos que alegran nuestras riberas en cualquier época del año.
Las han comenzado a sentir desde que migrantes venezolano han llegado ahí escapando de Venezuela, unos las disfrutan y otros hasta se asombran del baile con descendencia africana.
Nuestra gente se ha llevado a sus hermosas riberas, el sabor, el swing caribeño y la fiesta de tambores que deja a más de una con la boca abierta y con ganas de seguir nuestro ritmo que con su sonar, despierta la alegría en sus playas.
Con su baile, la belleza de la mujer danzando en bikinis, el repique de tambores y música caribeña, despierta a los chilenos en la tranquilidad de sus playas y hoy los días de sol y arena en muchos lugares de Chile, son de ritmo y tambor.
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