El venezolano Manuel Carreño nació en Caracas en 1812 y falleció en Francia en 1874. En vida Carreño fue músico, pedagogo y diplomático. Además era conocido por ser sobrino de Simón Rodríguez, maestro del Libertador Simón Bolívar y el padre de Teresa Carreño.
En 1853, publicó el Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos, a través del cual educa y establece diversas reglas para mantener una comunicación efectiva, por esta razón, tuvo un éxito rotundo en el mundo.
El manual se caracteriza por tener 432 páginas, las cuales son totalmente en español, y por contar con Panamericana Editorial. Además, tiene dimensiones de 5.25x 1 x 7.75 pulgadas y fue publicado el primero de septiembre de 2003.
Cada cuartilla explica, de manera explícita y cuidadosa, la forma de comportarse en los distintos escenarios de la vida, así como también en diferentes situaciones en las que te encuentres.
Todo esto se resume en seis capítulos que se concentran en:
• Los deberes con Dios.
• Los deberes con la sociedad.
• Los deberes con la patria.
• Los deberes con los padres.
• Los deberes para con nuestros semejantes.
• Los deberes para con nosotros mismos.
• El aseo (personal y espacios como la habitación)
• Acerca de cómo debemos conducirnos dentro y fuera de la casa.
• El modo de conducirnos en sociedad.
¿Qué hace especial a este manual?
Anterior a este manual, ya existían otros con inclinación inglesa y francesa que poseen un contenido similar al de Carreño. Sin embargo, el éxito y aceptación de este manual por la sociedad es que las normas de cortesía, comportamiento y etiqueta expuestos allí, son adaptables a distintos países y dirigido a un público general.
En consecuencia, ayuda a la formación de cada persona en el sentido de cómo comportarse adecuadamente en público, privado y en general; por ello, el mencionado manual nunca ha perdido vigencia, pese a los años transcurridos desde su publicación.
Manual de Carreño & mundo digital
En los últimos tiempos, la comunicación ha sido transformada con la llegada de las nuevas tecnologías y la interacción de los jóvenes a través de las plataformas digitales. Tanto así, que ya no resulta “necesario” enviar un texto de cortesía con “Buenos días”, “Gracias” o “Hasta luego”; ahora es más fácil y sencillo responder con los famosos stickers.
¿Es mejor y más rápida la comunicación con la utilización de emojis?
A pesar de ser una forma rápida de contestar y dejar en claro a la persona lo que se quiere expresar, para muchos es incómodo no recibir una respuesta como las formalidades de un área profesional lo amerita, por ejemplo.
Se ha vuelto costumbre para la sociedad, en general, contentar con emojis, stickers e incluso con reacciones, no solo entre amigos, sino también con profesionales, desconocidos, empleados, jefes… Sin embargo, hay personas que aún no se acostumbran a esta modalidad, por lo que causa molestias y disgustos.
Esto podría calificarse como una “contradicción y/o violación” al Manual escrito por Manuel Carreño, en el cual explica de forma explícita y cortés la manera en las que las personas deben comportarse a lo largo de su vida.
De esta forma, las actuales comunicaciones digitales están rompiendo los paradigmas de la comunicación postmoderna. Es decir, las buenas costumbres deben ser transferidas de generación en generación y sin perder vigencia, ya que para el desarrollo personal y profesional, incluso, para las buenas oportunidades, es necesario hacer uso de las normas de cortesía.
¿Está mal el uso de los stickers?
Usar stickers no es delito ni es sinónimo de irrespeto o pérdida de cultura, pero sí lo es el hecho de reemplazar respuestas importantes por un dibujito animado, ya que en ocasiones las personas buscan establecer una conversación o leer textos contundentes que muchas veces suelen distorsionarse por la mala interpretación de un sticker.
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Danyelín Muñoz-Jessica Ruiz / Pasantes
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