Maracaibo respira teatro. Sus calles, sus plazas y sus míticos escenarios son testigos de un arte que ha florecido en esta tierra desde hace siglos, un arte que refleja las pasiones, los anhelos y los conflictos de su gente.
Este 11 de diciembre, el Zulia celebra su Día Regional del Teatro, una jornada dedicada a honrar a quienes han hecho de las tablas su trinchera creativa y su medio para transformar la realidad.
La fecha no es solo un acto protocolar; es un momento para reconocer cómo el teatro ha tejido historias que han definido la identidad zuliana. Desde las antiguas representaciones religiosas en las parroquias marabinas hasta las audaces producciones contemporáneas que exploran los dilemas modernos, el teatro zuliano se ha erigido como un espacio para la reflexión, la crítica y la celebración de la vida misma.
Este año, el epicentro de la celebración fue el icónico Teatro Baralt, una joya arquitectónica que ha sido testigo de momentos históricos de la dramaturgia venezolana, pero el Teatro Bellas Artes de Maracaibo no se quedó atrás, aportando a la festividad un abanico de propuestas escénicas que recorrieron desde la tradición hasta la innovación.
En las tablas del Bellas Artes, la comedia clásica “El Enfermo Imaginario” de Molière hizo reír y reflexionar al público con una puesta en escena que conectó con la actualidad. Por su parte, la obra experimental “Ecos de la Oscuridad”, dirigida por el visionario dramaturgo zuliano Pedro Villalobos, ofreció una perspectiva cruda y visceral de los desafíos sociales contemporáneos con el grupo actoral TEA.
Entre las actividades de la jornada, un conversatorio sobre la evolución del teatro en la región reunió a figuras emblemáticas como Carmen Paredes, pionera de la dramaturgia local, y jóvenes promesas que aportan nuevos lenguajes y perspectivas a la escena. Las palabras de los participantes dejaron claro que el teatro en el Zulia sigue siendo un refugio para las voces libres y un espacio donde la imaginación no tiene límites.
El teatro, como señaló el dramaturgo zuliano Juan García en su intervención, “es el eco de lo que somos, de lo que aspiramos y de lo que tememos perder”. En un mundo acelerado, el arte escénico sigue siendo un faro que ilumina las complejidades humanas, y en el Zulia, con su riqueza cultural y su arraigo comunitario, ese faro brilla con especial intensidad.
Más allá de los aplausos y los homenajes, el Día Regional del Teatro en el Zulia es un recordatorio de la importancia de preservar este arte, de apoyar a quienes lo hacen posible y de mantener vivas las historias que, noche tras noche, nos ayudan a entendernos como sociedad.
En cada obra representada, en cada telón que se levanta, el teatro zuliano sigue mostrando que su grandeza no está solo en sus laureles pasados, sino en su capacidad de reinventarse y seguir hablando al corazón de su público.
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