En silencio y con cada marullo, el Lago de Maracaibo pide a gritos que lo ayuden. Tras los muchos diagnósticos documentados por las más importantes universidades venezolanas, los señalamientos de la comunidad y el ojo global de las redes sociales, el inusual pico de contaminación ambiental que padece el Coquivacoa sigue extendiéndose.
La mancha verdinegra que hace poco más de un mes, se anunciaba llena de alquitrán en la Vereda del Lago y Santa Rosa de Agua, arropa las costas del municipio San Francisco y más allá, causando afectación a las comunidades de pescadores de los sectores la Taparita, San Luis y El Bajo.
“Hace un mes – nos dice Nelson Romero, pescador “sanfrancisquero”- sacábamos hasta dos mil kilos de corvina, hoy no llegamos a cien”. El lago está hablando.
“Yo estuve en la Secretaría de Ambiente de la gobernación del Zulia en el 2013. – recuerda Lenin Parra Montes de Oca, hoy coordinador de la Fundación Xlagode Maracaibo-.En aquellos días visité Planta Sur y estaba desvalijado, siendo la más grande y representativa, por lo menos de la capital zuliana. Planta Norte, nunca se construyó, se limpiaron los terrenos, pero hasta allí quedó la cosa”.
El recorrido por las orillas del Lago de Maracaibo, en la jurisdicción del municipio San Francisco, es desolador. Algunos pescadores limpian sus playas, siendo la excepción de una fatal regla para el medio ambiente.
Los reportes de los trabajadores petroleros en la Costa Oriental del Lago, señalan igualmente de un desastre ecológico a la altura de Las Morochas.
La ley entra por casa
La Ley Programa de Saneamiento del Lago de Maracaibo y su Cuenca Hidrográfica, no da espacio para las dudas. En su artículo 3 exhorta a las autoridades nacionales, estadales y locales, a dar obligatorio acatamiento junto con los ciudadanos, a las disposiciones legales que buscan el saneamiento del Lago de Maracaibo. Obligando a los entes contralores a procesar todas las denuncias que sobre la materia se expongan.
Francisco Ramón Sánchez Pardo en su obra El Lago de Maracaibo y su Repercusión Ambiental señala que el ministerio de ambiente difundió públicamente en 1995 “que el Lago recibe las descargas domésticas -sin tratar- de 2,5 millones de habitantes, 98 industrias altamente contaminantes, 198 granjas porcinas, 15 derrames de petróleo mensuales y grandes cantidades de nutrientes y plaguicidas a través de los ríos tributarios. – Y sentencia- Con estas descargas se sobrepasa la capacidad de auto-purificación del ecosistema”.
Veintiocho años después, somos 3 millones 704 mil 404 habitantes y nada parece haber cambiando y si le sumamos a todo el calentamiento global, la crisis ambiental es inminente.
Noticia Al Día/JCG