El escondite, conocido también como “las escondidas”, es un juego tradicional que ha entretenido a niños y adultos durante siglos. Sus orígenes se remontan a la antigua Grecia, donde fue descrito por primera vez por el escritor Julio Pólux en el siglo II a.C. bajo el nombre de "apodidraskinda"12.
Este juego, que se ha mantenido vigente a lo largo del tiempo, consiste en que un jugador, conocido como “el que la lleva”, cuenta hasta un número predeterminado mientras los demás jugadores se esconden. Una vez que termina de contar, el jugador debe buscar y encontrar a los demás participantes. El primero en ser encontrado se convierte en “el que la lleva” en la siguiente ronda.
El escondite no solo es un juego de diversión, sino que también fomenta habilidades importantes como la estrategia, la rapidez y la capacidad de observación. Además, es una excelente forma de ejercicio físico y de interacción social, permitiendo a los jugadores desarrollar lazos de amistad y cooperación.
En la actualidad, el escondite sigue siendo popular en muchas culturas alrededor del mundo. En Venezuela continua esta tradición de generación en generación. Su simplicidad y la emoción de esconderse y buscar hacen que sea un juego atemporal, disfrutado tanto en patios escolares como en reuniones familiares.
El escondite es más que un simple juego; es una tradición que conecta a generaciones, recordándonos la importancia de la diversión y la camaradería en nuestras vidas.
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