Durante mucho tiempo en Maracaibo, la Navidad era un espectáculo. No solamente en edificios y espacios públicos, sino que las fachadas de residencias particulares eran profusamente decoradas con luces y motivos de la época decembrina.
Una costumbre traída por los norteamericanos a los campos petroleros de la Costa Oriental del Lago, a la cual nos asimilamos con entusiasmo.
Recorrer urbanizaciones para apreciar las novedades que año tras año se exhibían en las viviendas, era uno de los planes de la Navidad en Maracaibo. Desde lo más extravagante hasta lo más tradicional; el gusto y posibilidades de los dueños de casa era el límite.
Por supuesto, en los sectores de clase media y alta, era más notoria esta tendencia a la decoración navideña de las áreas externas de casas y quintas.
Eran famosos los ornamentos de El Chaparral, que fue residencia del ganadero Rafael Segundo Urdaneta, o de la famosa Casa Barco de la urbanización La Estrella, propiedad del capitán el capitán Rubén Darío Martínez.
Ambas pasaron a otras manos; la primera fue remodelada y la segunda, aunque se conserva en óptimas condiciones, no tiene ningún decorado especial.
Tal parece que la migración, la crisis eléctrica y económica, pasaron la aplanadora a esta bonita costumbre decembrina.
La Navidad, la gran ausente de las fachadas
Calles solitarias, oscuras, viviendas deshabitadas o, simplemente, sin luces navideñas en su exterior, otras con unos pocos detalles para “no dejar pasar”, es lo que pudo apreciar el equipo de Noticia al Día, en un recorrido por zonas como Juana de Ávila, La Lago, la urbanización Maracaibo, La Virginia y Los Olivos.
Solo nos queda el recuerdo de aquel derroche colorido. Otros tiempos, otras realidades.
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F Reyes
Fotos y video: F Reyes
Noticia al Día