Tres días antes de que lo asesinaran, Roberto Luti subió a la tarima, cantó como nunca, ante una audiencia aplaudiendo a rabiar.
-Como en los viejos tiempos, querido -le dijo Doménica.
-Nos aman, nos aman, amor -respondió. Siguieron temas imborrables: Que seas feliz, Celoso, Me quiero casar contigo. La gente pedía de nuevo Tu me amas, el tema a dúo que los consagró, una canción de Sharif Dean, Do you love me, con la que Roberto y Doménica los complacieron.
Era 19 de abril de 1994, Radio Petrolera celebraba aniversario con un concierto de estrellas, el 20 también hubo espectáculo. Roberto y Doménica volvieron a brillar. Amado Torres, un aspirante a cantante, observaba a su ídolo, al hombre que amaba, con quien compartía techo y cama. Dos días donde la gloria del pasado había vuelto.
Ciudad Ojeda le devolvió el amor que sentía por ella desde cuando decidió vivir en la casa número 8 de Las palmas, sector La Playa.
El 8 que se repite
En uno de los pueblos más bellos de Italia nació Roberto Luti: Mologno en La Toscana, un 8 de octubre de 1938. Se desata la II Guerra Mundial, sus padres, Polo Amadeo Luti y Lina Corrieri huyen hacia Venezuela. Se asentaron en Maracaibo, donde Roberto comenzó su formación escolar, sin embargo, estaba decidido que lo suyo era el canto y la música.
Pasó de orquestas, modestas agrupaciones a descubrir el éxito, entonces, comprendió que también tenía cualidades para ser un cazatalentos, en ese tiempo se le atribuye haber descubierto a Ricardo Montaner, quien cantaba en un conjunto llamado La Escala.
Una gaviota vuela en Ojeda
Sus temas se escuchaban en Venezuela y otras latitudes, como Grecia, su Italia natal, centro y sur América.
Con Doménica Di Salvo gestaba una carrera artística fulgurante. No existían las redes sociales, ni Youtube, ni soñar con Spotify, había que grabar discos, ir a la radio, hacer tarima, cantar en eventos donde era un sacrilegio usar pistas o playbacks, Roberto y Doménica interpretaban con el grupo y sin artificios.
Entonces creó su propio sello disquero: La Gaviota.
Juntos compartieron giras por Perú, México, llegaron a Japón en 1971, donde hicieron el segundo lugar entre más de medio centenar de participantes.
La voz de Doménica Di Salvo se apagó el 21 de febrero de 2016 a las 3 de la madrugada, hora frecuente cuando bajaba de las tarimas cubierta de aplausos.
La noche del 22 de abril
A las 10 y media de la noche, Roberto Luti fue asesinado. Aquí se conocen varias versiones, incluso, los investigadores escucharon el testimonio de Amado Torres, un joven aspirante a artista con quien vivía Luti.
Las versiones cuentan:
1-. Roberto Luti llegó a su casa, estacionó, al entrar encuentra un ladrón con quien sostiene una refriega. El delincuente saca a relucir un arma blanca (machete); mata con absoluta frialdad, perversidad desmedida, al cantante. Amado Torres se acerca a la sala, ve el crimen, lleno de miedo, temiendo por su vida se esconde en el closet, horas después sale y llama a la Policía.
2-. Aquí el cuento es, más o menos igual, en lo que se refiere a la brutalidad del asesino, sin embargo, Amado Torres declara en PTJ que Luti llegó a la casa acompañado de ese hombre, un tipo como de 21 años; llevaba casco de obrero, de bigotes, blanco, como de 1,70 m de estatura. Dice que le vio el rostro.
El 27 abril de 1994 Panorama, en su cuerpo dedicado a la COL, presenta el retrato hablado del asesino.
Amado Torres ofrece otros datos de interés:
- Llevaba más de cuatro años en una relación con Luti, viviendo en su casa.
- Había visto otras veces al homicida.
El cantante discutió durante una hora con el desconocido, luego, el primer machetazo. Luti con su brazo izquierdo se defiende, una herida profunda le inhabilita el brazo, el segundo golpe es letal y despiadado, justo en la cabeza donde se incrusta, salpican partículas del cráneo y masa encefálica. El asesino huye. Amado Torres sale del closet, donde se ha ocultado, cuando se hace silencio. En la sala, sobre un charco de sangre encuentra a Roberto Luti ya sin vida.
Signo trágico
El portal http://mundoparnasiano.blogspot.com/ escrito por el periodista José Gregorio Marcano, revela: "El 7 de septiembre de 1966, un maltrecho Roberto Luti asomaba su golpeado rostro desde la página de Sucesos del diario zuliano Panorama. El día anterior, a eso de las 10 de la noche, el joven vocalista viajaba a Bachaquero, municipio Valmore Rodríguez, para ir a una fiesta familiar en casa de su hermano. Un camión platanero se dirigía en vía contraria y ambos vehículos se encontraron en el cruce de la carretera Z. La colisión produjo daños de consideración en las unidades de transporte; Luti y el ayudante del camión resultaron heridos, aunque las lesiones no afectaron su incipiente carrera musical".
¿Un asesino feliz en Barranquillla?
Aún en las estaciones de radio se escucha “Que seas feliz, aunque no sea a mi lado”, la voz de Roberto Luti es tierna, dulce, la balada se sublimaba con sus registros.
El 23 de julio de 2011, en un trabajo para su portal en internet firmado por Oscarsamia, alguien quien dice llamarse El Halcón, elogia la investigación del periodista y agrega: “Para añadir algo quiero decirle que el autor es un colombiano llamado David y reside en Barranquilla.
Posiblemente esa información sea cierta, pero, llegó tarde, cuando Roberto Luti se ha borrado del sentimiento de la gente.
Un reto para la IA
La novedad hoy en día, considerada por el genio de la informática Bill Gates como el invento más importante de los últimos años es la IA (inteligencia artificial), máquinas con datos almacenados al infinito, pueden cotejar la información, llegar a conclusiones e, incluso, ponerle rostro a lo que, hasta ayer era un misterio.
El crimen de Roberto Luti es un desafío para la IA, porque Amado Torres pudo describir con precisión cómo era la cara del asesino.
¿Por qué se convirtió en un cangrejo?
Para 1994, el jefe de la seccional de la Policía Técnica Judicial (PTJ) en Ciudad Ojeda era el comisario Euro Oquendo. Un hombre conocido por sus modales toscos, no se le consideraba una mente prodigiosa en investigación criminal, pero nadie dudaba de sus dotes, coraje y una endiablada puntería con su 9 milímetros, la cual sabía usar sin temblarle el pulso.
¿Por qué el asesinato del artista se encangrejó? No existe, ni siquiera una teoría. El cadáver de Luti fue llevado a Barga-Toscana, la provincia donde nació.
Cada año se le recuerda en las emisoras del Zulia, donde suenan de nuevo sus éxitos.
En algún lugar, tal vez, un hombre de 50 años y pico, posiblemente canoso ¿o calvo?, disfrute un café, mueva los hielitos de un whisky en las rocas, celebre su triunfo y se burle del viejo paradigma: “no hay crimen perfecto”.
Josué Carrillo
Agradecimiento: A los buenos amigos de la Hemeroteca Eduardo López Rivas: José Angel Fernandez, Nelly Valbuena y Enrique.
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