Carmelo Niño fluye entre sueños y haceres. Ha puesto sumo corazón y empeño para que esta exposición, Realidades oníricas, no sólo represente el escenario ideal para que su Libro de artista, escrito por Bélgica Rodríguez, sea lanzado al orbe desde su propio lar nativo, Maracaibo, sino que celebra y honra el septuagésimo del Ateneo Centro de Bellas Artes, donde está lista para inaugurarse a las seis de la tarde de este viernes 28.
“97 por ciento lista”, subrayó, al mediodía de este jueves, la artista Carolina Pirela, curadora de la muestra, por encargo de la galería Ascaso, cuyo mentor, Antonio, tiene prevista una agenda muy exclusiva para la itinerante que luego viajará a Caracas y después a Washington y Miami, donde comenzó este impactante periplo artístico.
Carmelo, en las manos de su enorgullecido pueblo, ha de compartir su banquete visual. Una tenida inolvidable ante su menú superior: 33 cuadros y siete esculturas, 40 obras dispuestas en un menú inolvidable, donde el poeta elige a uno de sus personajes de mirada conmovedora para que entre a la mesa, perdón, a escena y asuma aquellas hermosas palabras del poeta alemán Heinrich Heine: “La vida y el mundo son el sueño de un dios ebrio, que escapa silencioso del banquete divino y se va a dormir a una estrella solitaria, ignorando que crea cuanto sueña…”.
También sucedió, durante el vermouth del jueves, que tanto los Niño Pirela, junto con el asistente del artista en él área escultórica, Juan Monterrey, compartieron las bondades veganas de La Cocina de Olga, la señora Bravo, quien en complicidad con las honorables damas del Club Dramático Teatro de la Concitación, Carla Isea y Jiolexy Santos, presentaron este sencillo homenaje desde la Maracaibo agradecida y honrada con su muchacho prestidigitador, en cuyas muñecas reverbera el duende del trazo cuántico, del dibujo metavérsico, de la pintura como cósmico artificio lúdico.
Permítaseme citar otro párrafo del banquet, perdón, del libro Realidades oníricas:
“Hacia finales de los años ’60 se hace presente en el medio artístico de su ciudad natal; consolida su obra primera y también su prestigio como joven talento de rigurosa formación académica. A los quince años muestra un talento precoz y fuerte disposición hacia el dibujo. Decide estudiar publicidad, pero no logra la plaza en el instituto de estudios publicitarios. El destino le tenía reservado un lugar en la Escuela de Artes Plásticas Neptalí Rincón de Maracaibo, donde comienza su formación en arte puro: «(…) allí descubro el trabajo con el color, el concepto de la pintura. A partir de allí ese fue mi mundo, allí descubro que quería ser pintor» (Lenelina Delgado, 2000). Cuando decide residenciarse en Caracas ya estaba en la plenitud de una primera madurez e incluso había ganado importantes reconocimientos…”.
Viernes 28. Seis de la tarde. Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo. Estamos todos concitados para este banquete de Carmelo Niño. Por mucho, bien podría ser el acontecimiento cultural de este año, el de los 70 años, la casa que Oscar d’ Empaire consolidó. Arte, creación, inteligencia, conocimiento, inversión espiritual y monetaria, crecimiento, desarrollo. Vasto y delicioso menú para una ciudad que ha de llenar esta noche de Gracias a Dios (y a Carmelo), es viernes el espacio entrañado de la tres efe. Allá estaremos, sin duda, los de Noticia al Día, brindando con ustedes y con Carmelo.
¡Salud!
Alexis Blanco