Después de un merecido descanso de sus apreciados trabajadores, La casa de los licores, ayer noche reabrió sus puertas, todo un acontecimiento donde se desbordó la alegría de sus asiduos visitantes.
Quienes van a La casa de los licores para conversar y refrescarse contaban las horas que volvieran a abrirse sus puertas, como era de esperarse, se desbordaron los amigos concurridos hasta plenar el recinto y la calle.
Isabel, Gabriela, Rosibel, José y Chichí no se daban abasto para atender tanta gente feliz y bulliciosa. Extrañaron a Jesús en la caja (había un chico nuevo) y también echamos en falta a Mary Vielma (Marivi), por quien preguntaban a cada rato.
Un miércoles que parecía viernes donde no hubo momento para sentirse triste. Apoteósica fue la reapertura: queda, oficialmente, disponible para la gran familia, esa casa donde día a día se van haciendo amistades valiosas que, desde la primera Zulia, se sabe que será un cariño para toda la vida.
JC
