Como por arte de magia, los curarires del Jardín Botánico de Maracaibo, que hace dos días lucían sus mejores galas, este viernes se despojaron de las flores amarillas que los orlaban.
Según estimaciones del presidente del Botánico, David Morales, unas seis mil personas disfrutaron durante esta temporada la floración tan esperada como fugaz.
Con lluvia llegaron y con ella se despidieron, discretamente, sin dar tiempo a nostalgias, ni despedidas.
La alfombra amarilla que quedaba como testimonio de la floración anual de los curarires, sencillamente desapareció por efecto de las lluvias de este viernes.
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El Jardín Botánico vuelve a lucir su gama de verdes habitual y las miradas se dirigen a los rojos, púrpuras, rosados y naranjas de otras flores que esperaron su turno para destacar.
Familias marabinas estuvieron de visita este sábado, también los ciclistas, fotógrafos y observadores de aves.
Las diferentes áreas, sobre todo la Laguna de Lotos, mostraba grupos de personas disfrutando de la quietud, el trinar de las aves y de este extraordinario oasis natural.
Desde ya esperamos el retorno de los curarires; contaremos doce meses hasta el mágico encuentro con sus tonos dorados, alegres y cautivantes.
F Reyes
Noticia al Día
