Viernes 15 de noviembre de 2024
Al Dia

A propósito del Día del Teatro (Alexis Blanco)

ESCENA FLORIDA… Desde ese medio siglo que ya tengo desempeñando el oficio teatral y desde los cuarenta que cumplo enmascarándome…

A propósito del Día del Teatro (Alexis Blanco)
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ESCENA FLORIDA… Desde ese medio siglo que ya tengo desempeñando el oficio teatral y desde los cuarenta que cumplo enmascarándome para cumplir integralmente con el periodismo cultural (Maracaibo: Gracias!!!) les puedo asegurar que nunca antes se hizo tanto teatro como el que ahora se hace, en 2023. Sorprende y gratifica. Ya no somos aquellos cuatro gatos gayos que, antaño, florecíamos en una búsqueda enfermiza de la bis poética desde el escenario. Ahora usted se avispa y encontrará todo el teatro que necesite, de cualquier naturaleza, tipo o estética…

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Ahora mismo detengo mi tren imaginario en el borde del precipicio (siempre el hecho de intentar hacer arte desde cualquier escenario te coloca ahí, “very close to the edge”) para tratar de elaborar una crónica de lo que la ciudad ha venido ofreciendo durante lo que va de marzo, mes de la primavera y de los grandes aniversarios…

Foto: cortesía

Fíjense: hace poco veíamos a los Payasos Humanitarios exprimiendo risas desde su gratificante jolgorio, en compañía de los músicos de El Sistema. Hace poco, esta gente movediza de Barikai instaló en Verona el piano de Enzo Pradelli y quienes me cuentan dicen, como mínimo, “tendrías que verlos”.

El viernes pasado toda mi familia era conmovida gratamente por el desbordado talento de José Molero haciendo el monólogo El daño que hace el tabaco, de Antón Chejov, además del de la insigne maestra Blanquita Basabe, quien, al igual que la cuña del champú Helene Curtis, “sí sabe de cabellos porque es su especialidad”.

Decir, además, que las Señoras de Maracaibo son algo así como las estrellas décima y siguiendo en modo Fibonaci la saga completa de la bandera nacional, resulta una redundancia: Richard, Henry, el mismo José, Carlos, y los demás comediantes que los acompañan, son patrimonio viviente de esta tierra de teatros.
Nelly Oliver creó una escuela y eso puede discutirse o no, pero ahí estrenó una obra suya, leyéndola en público y antes nos trajo a Samuel Beckett al puerto (donde se les escapó para venirse hasta la ferretería de Maikol Troconis, en Las Pulgas, para verificar, junto con Ilya Izaguirre, que el cocuy de Pecaya es incluso mejor que su ajenjo).

Lolimar Suárez lo volvió a hacer, en la Plaza de la República, la tarde de este domingo 26. En ese espacio, los de Azul Arte, con Levit Aguilar y compañía, mantienen un trabajo permanente que luego han paseado por muchísimos espacios donde jamás llegarían todos estos otros teatros. Junto con Arnaldo Pirela, la laureada dramaturga y colega múltiple ha restaurado el sentido de la escuela que honra a la maestra Inés Laredo. Incluso, cómo estará de encopetado nuestro Teatro, que hoy el Consejo Legislativo les tributa una sesión especial donde escucharemos el pico de oro tallado con diamantes, nuestro Chevalier Víctor Fuenmayor, por hartas leguas nuestro más grande teórico-práctico esteta.

Foto: cortesía


En el Teatro de Teatros, el Teatro Baralt (me encanta escribirlo así porque siempre me encantó decirlo así, cuando, junto con la Sociedad Dramática de mis tormentos, hacíamos aquella Visita Guiada, Cultural y Artística Recreativa y Didascálica, en esos tiempos de cuatrocientos gatos de los que antes hablaba); decía que en ese histórico escenario estaremos, ESTA TARDE, A LAS CINCO, los ANIMALES FEROCES, de Isaac Chocrón, con Leonardo Isea conduciendo la Compañía Residente del Baralt.


En ese mismo lar de felicidad profusa y difusa hecho a la medida de nuestra musa, llegarán mañana, martes 28, cinco pm, José Luis Montero y Milton Quero Arévalo para hacer AGUA DE COLONIA, del maestro ENRIQUE LEÓN, a quien, por iniciativa del director Jesús Lombardi Boscán, se le colocará su homenaje eterno en El Paseo de las Estrellas del Teatro Baralt.

Roxana Portillo trabaja, con las uñas, en una comunidad de Cuatricentenario, enseñando teatro y danza. Como ella, decenas de artistas espontáneos intentan formalizar su propia intención de representar sus propias vidas. Gente como Doris Chávez, Yazmina Jiménez, Carlos Aguirre, Juana Inciarte, William Quiroz, Ilba D’ Or, los estudiantes de artes escénicas de la Feda, los maravillosos artistas del Teatro Esencial (olvidaré nombres y eso aquí se paga tan caro), todos, están muy muy muy activos, pensándose magia y poema representable, haciendo que nuestras vidas aprendan a ser devoción, virtud y máscaras…


No estamos solos: junto, por ejemplo, con Carlos Montilla, José Luis Cabrita, Jainel Orozco, Isidro Morillo y José Alburguez, entre otros, nos libamos los sagrados néctares de la ilusión teatral. Ellos saben con exactitud lo que significa ese latinazo, Deus ex machina y por ello se desviven por acompañarnos, siempre.
Es tan regio el momento que vive nuestro teatro que hoy aparece extendido por ese mundo ancho y jodido: María Elena Villasmil recién comienza un nuevo período de meditación Vipasana, en Florida; los tres Ríos Camba están por Quisqueya; Laura Petit anda por Nueva York con su Método Espina; Hermannkis Parra, Ricardo Lugo y hasta el Maestro Saavedra tañen desde Chile sus campanas teatríficas. Cómo será la dimensión de esta sagrada peste (sic, A Artaud), que por allá por el Norte la noble Iraima Georgina ha puesto a actuar a César Morillo para leer entonces juntos Nuestra Señora de las Flores.

Foto: cortesía


Esta es una fiebre maravillosa y resplandeciente. Un detalle común: todos hacen teatro con las uñas. El pasado miércoles, también en el Baralt, mi carnal doctor Alberto Briceño realizó La Autopsia de Cristo, una inusual manera de construir otras maneras de contar grandes historias a través del teatro. Walter Sambiagio y Olga Bravo (¡Feliz aniversario, OB!) también inclinan hacia sus sendas empresas un toque de gracia tan teatral y elegante.

Escribir esto sin ciertas dosis de arrechera y amargura resulta inevitable: he dicho “hacemos teatro con las uñas”: mientras una caterva de malparidos y malparidas esquilman y esquilman a la nación anómica, mientras intentan hacer un pésimo ejercicio teatral de "yo no fui, fue él, etcétera ", mientras se han robado el calendario completo, impunes e inmunes, NOSOTROS NUNCA HEMOS PARADO DE HACER ARTE, puro y duro, comprometidos con nuestro deber y nuestra Ética hasta lo más profundo de nuestras tramas íntimas. Como Moliere, cada vez estoy más convencido que moriré sobre un escenario. Tal vez el de tu desamparado corazón. Extiendo mi mano, Beatriz Castillo, para ayudarte a entrar a escena con tu voz de gorrión emparamado, musitando estas líneas del Mensaje de hoy, Día Mundial del Teatro, escrito por Samiha Ayoub: “Os hablo hoy mientras tengo la sensación de que el mundo entero se ha vuelto como islas aisladas, o como barcos que huyen en un horizonte lleno de niebla, cada uno de ellos desplegando sus velas y navegando sin guía, sin ver nada en el horizonte que lo guía y, a pesar de ello, sigue navegando, esperando llegar a un puerto seguro que lo contenga después de su largo andar en medio de un mar embravecido”.

Como comprenderán, sí hay mucho, muchísimo teatro vivo, para celebrar. Es como ese mar: ¿Quién podría detener nuestra constante cadencia e ímpetu…¿Quién?
FELIZ DÍA…!
¡SALUD…!!!

Alexis Blanco

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