Uno de los pilares de la fe católica en Venezuela, en especial en la región del Zulia, es la veneración a la Virgen María, sin embargo, hay un aspecto que no muchos conocen y es un pilar importante a conocer, para la devoción mariana.
San Juan de Dios nació en el siglo XV en Portugal, vivió una vida llena de altibajos, con una mente mundana y desempeñando diversos oficios, sin embargo, luego de un profundo encuentro espiritual, provocó que él tuviera un cambio radical en su forma de ver la vida.
Empezó a aumentar su fe, de tal manera, que ninguna circunstancia o espíritu iba a hacer capaz de destruirla. Debido a eso, decidió dedicar su vida al cuidado de los enfermos y pobres, a través de asistencia médica y consuelo espiritual.
Además de eso, una cualidad muy especial que tenía San Juan fue sus métodos de cuidado a los enfermos, porque priorizó la atención personalizada y el trato digno de los pacientes, también, tuvo un profundo respeto por cada paciente, sin importar la condición social que tuviese, porque para él todas las personas eran hijos de Dios que debía ser tratado con amor.
Su vida y todas las obras que realizó son ejemplo de cómo la fe puede motivar a las personas a servir a los demás, por medio de una entrega de forma desinteresada y un compromiso con los que lo necesitan. Por ello, se convirtió en un modelo a seguir para muchas personas.
¿Qué relación tiene con la basílica de la Virgen Chiquinquirá?
A mediados del siglo XVII, existió un gran devoto a San Juan de Dios, que construyo una pequeña ermita que hoy se le conoce como la basílica de la Virgen Chiquinquirá, ese señor fue Juan de las Nieves Andrade. Él hizo esa humilde construcción, de barro y palmas, con el propósito de crear un espacio para la oración y un encuentro espiritual para los habitantes del lugar.
Según la tradición oral, fue en ese lugar donde ocurrió el milagro, donde muchos marabinos al recordarlo siguen cautivando su corazón, tras el inexplicable suceso. Cuando una lavandera de una clase social baja encontró una antigua tabla, con una imagen desgatada de la Virgen, y luego sucedió algo, de lo que no se logró dar una explicación, pero permitió que la Virgen se restaurará de forma milagrosa.
Este acontecimiento despertó una gran devoción por los distintos ciudadanos y convirtió a la Ermita que desde un principio era humilde y pequeña, a ser un lugar donde las personas pueden escuchar la palabra de Dios y orar, con una gran infraestructura y decoración.
La celebración en honor a la Virgen Chiquinquirá es una de las más importante en Venezuela y el 18 de noviembre es día de su festividad, donde muchos peregrinos se congregan en Maracaibo para asistir a misas, procesiones y actos culturales.
Para muchos católicos la Virgen es mucho más que una simple imagen religiosa. Es un símbolo de fe, esperanza y unidad para millones de personas. Su historia y su legado continúan inspirando a muchos devotos, quienes encuentran en ella consuelo, protección y guía espiritual.
Elianny Isabel Touissant/Pasante
Noticia al Día.
