El 12 de octubre, día de la resistencia étnica, tradicionalmente conocido como el “Día de la Raza” o “Día de la Hispanidad,” ha sido resignificado en la actualidad como una jornada para reflexionar y reafirmar los derechos y la resistencia de los pueblos indígenas. Para muchas comunidades originarias, esta fecha marca el inicio de una historia de opresión y colonización, pero también simboliza la resistencia constante y su rol como agentes activos en la historia. En la modernidad, el 12 de octubre es un espacio para analizar las formas de colonialismo que aún persisten y reafirmar la importancia de los pueblos indígenas en la construcción de un futuro más justo y sostenible.
Este día nos invita a reconsiderar la narrativa histórica en torno a la colonización. Por mucho tiempo, se exaltó la expansión europea como un acto de civilización, ignorando las devastadoras consecuencias para los pueblos originarios. La colonización trajo consigo despojo territorial, la imposición de nuevas religiones y lenguas, y la aniquilación de culturas ancestrales. Sin embargo, los pueblos indígenas no son meras víctimas de la historia, sino actores que han resistido y siguen luchando por sus derechos.
Hoy, el 12 de octubre también es un llamado a reflexionar sobre las formas contemporáneas de colonialismo que aún persisten. El desplazamiento de comunidades indígenas debido a megaproyectos mineros, petroleros o hidroeléctricos y la explotación de sus territorios son ejemplos claros de cómo el colonialismo sigue afectando sus vidas. Este día nos recuerda que la lucha por la soberanía territorial, el respeto a sus lenguas, cosmovisión y derechos colectivos sigue vigente.
El indigenismo moderno no solo busca denunciar las injusticias del pasado, sino también reafirmar las demandas de justicia social y ambiental que los pueblos indígenas han liderado durante siglos. Hoy en día, los pueblos originarios son defensores clave del medio ambiente, protegiendo territorios cruciales como la Amazonía. Líderes como Gregorio Mirabal subrayan que la preservación de los territorios indígenas es esencial no solo para sus comunidades, sino también para combatir la crisis climática global.
El 12 de octubre también es un momento para reafirmar la diversidad cultural y su valor intrínseco para la humanidad. La cosmovisión, los sistemas de organización y las tradiciones de los pueblos indígenas no son meros vestigios del pasado, sino elementos vivos que enriquecen a las sociedades modernas. Reafirmar sus derechos y su rol en la sociedad es crucial para construir un futuro inclusivo y respetuoso de todas las culturas.
La educación ha sido una herramienta clave para que muchos individuos indígenas puedan liderar sus comunidades hacia un progreso sostenido. Un ejemplo de ello son los zulianos, Nemesio Montiel, antropólogo, y Noé Montiel, ingeniero agrónomo, quienes han utilizaron sus carreras universitarias como un vehículo para impulsar el desarrollo de sus pueblos desde una perspectiva indigenista.
Nemesio Montiel dedicó su vida a estudiar y promover la revalorización de las culturas indígenas. A través de sus investigaciones, no solo documentó sus tradiciones y formas de vida, sino que también luchó por visibilizar las luchas históricas de las comunidades originarias, destacando que los pueblos indígenas no son parte del pasado, sino actores fundamentales en el presente. Su labor demuestra cómo la academia puede ser una herramienta poderosa para preservar la diversidad cultural y promover la inclusión de estas comunidades en la sociedad moderna.
Por su parte, Noé Montiel utilizó su formación en ingeniería agronómica para desarrollar proyectos orientados a mejorar la producción agrícola en comunidades indígenas, siempre respetando su cosmovisión y modos de vida tradicionales. A través de técnicas sostenibles, su trabajo buscó equilibrar las necesidades de desarrollo agrícola con la preservación ambiental y cultural, evitando los enfoques extractivistas que han afectado negativamente los territorios indígenas. Montiel promovió soluciones que respetaban la diversidad biológica y los recursos naturales, demostrando que el avance agrícola puede lograrse sin comprometer los derechos territoriales ni la identidad cultural de las comunidades indígenas.
Este enfoque integrador es un ejemplo claro de cómo la tecnología y el conocimiento pueden usarse al servicio del bienestar comunitario, sin sacrificar los valores esenciales de sostenibilidad y respeto a las tradiciones ancestrales.
El 12 de octubre también es un llamado a construir alianzas entre los pueblos indígenas y otros sectores sociales que compartan la visión de un mundo más equitativo y sostenible. Movimientos feministas, ecologistas y de derechos humanos han encontrado en los pueblos indígenas aliados fundamentales en la lucha por la justicia social y la protección del medio ambiente.
Este día nos invita a reafirmar nuestra solidaridad con las luchas indígenas.
Dr. Juan Pablo Montiel Almeida
