Tras dedicarle insultos y luego escenificar una reconciliación, el presidente Javier Milei abrazó este domingo 11 de febrero, al papa Francisco al verlo por primera vez en el Vaticano.
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Ante cientos de fieles, Milei se inclinó para saludar sonriente y abrazar a su compatriota y sumo pontífice en la Basílica de San Pedro, al terminar la misa de canonización de la beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula (1730-1799) y primera santa argentina.
El saludo entre el Papa Francisco y Javier Milei fue luego de la canonización de Mama Antula. Tras el primer encuentro, el lunes 12-F el Sumo Pontífice recibirá al mandatario argentino en una audiencia privada.
Los dos líderes hablaron también antes de la misa, según indicó el Vaticano.
Milei, que en el pasado había calificado de "imbécil" y "representante del maligno" al papa, se levantó cuando éste entró en la basílica en silla de ruedas al inicio de la ceremonia, y en la misa se arrodilló durante la consagración.
Fue una de las imágenes de la jornada, y la culminación de una semana frenética para Milei, que viajó a Jerusalén, rezó emocionado en el Muro de los Lamentos, tuvo su primera gran crisis con el fracaso de su megapaquete de reformas, se despachó con numerosos insultos a sus detractores y hasta tuvo tiempo de hacer turismo en Roma antes de ver al papa.
El de este domingo fue un primer contacto antes de una audiencia el lunes por la mañana en el Vaticano, en la que Francisco y Javier Milei podrán hablar extendidamente. El mismo día, el presidente argentino se verá con su homólogo italiano Sergio Mattarella, y con la primera ministra Giorgia Meloni.
Las últimas declaraciones de Javier Milei sobre el Papa Francisco
El mandatario preparó el terreno, afirmando el sábado a la argentina Radio Mitre que el papa "es el argentino más importante de la historia", y dijo confiar en tener "un diálogo muy fructífero".
La audiencia se producirá en un ambiente cargado por los ataques pasados de Milei al papa. El dirigente lo acusó incluso en campaña, el pasado septiembre, de "injerencia política".
Jorge Mario Bergoglio y el nuevo presidente escenificaron no obstante la paz en los últimos meses, el primero con una llamada de felicitación tras el triunfo electoral de noviembre, y el segundo con una carta de invitación a visitar a Argentina, en la que hizo valer que la venida de Francisco "traerá frutos de pacificación y de hermanamiento de todos los argentinos, ansiosos de superar divisiones y enfrentamientos".
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