Este fin de semana millones de personas alrededor del mundo cambiarán de calendario mientras se reúnen con sus seres queridos para despedir el año viejo y recibir el Año Nuevo.
El recibimiento del Año Nuevo es una de las celebraciones más importantes a nivel mundial, ya que marca un nuevo inicio después del buen o mal año que se pudo haber vivido.
El origen de la celebración del Año Nuevo data del año 1582. El 1 de enero de aquel año se catalogó como el primer Día de Año Nuevo en la historia del mundo moderno gracias al Papa Gregorio XIII, quien fue el encargado de instaurar esta importante fecha a través de la implementación del calendario gregoriano.
Pero hay una historia previa: en sus inicios el Año Nuevo se conmemoraba en el mes de marzo, pero gracias al emperador Julio César, el primer día del año pasó a ser el 1 de enero de cada año (calendario juliano).
La razón fundamental de esta decisión es que en la antigua Roma era en el undécimo mes (enero) cuando los cónsules asumían el nuevo gobierno. Por esta razón, enero era el mes dedicado al dios Jano, patriarca de las entradas y los nuevos comienzos.
Hoy en día, la llegada del Año Nuevo, sigue teniendo para nosotros el mismo significado que tenía para los romanos en el año 47 a.C.: un nuevo inicio.
Pese a que el Año Nuevo es una celebración prácticamente global, lo cierto es que para el calendario chino no existe de manera oficial un día que marque el fin e inicio de un nuevo año.
El inicio y término de la celebración varía debido a que Asia se basa en el calendario lunar y no en el solar. Para 2023, el festejo del Año Nuevo Chino arranca el 22 de enero y termina el 5 de febrero.
De acuerdo a la cultura, costumbres y tradiciones, en cada país, la celebración del año nuevo tiene varios matices, pero siempre con el mismo fin: iniciar un nuevo año con los mejores deseos y expectativas por cumplir.
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Noticia al Día/Información de El Diario AR