El papa Francisco aseguró hoy que la evangelización en América estuvo acompañada de «intereses mundanos» y se impusieron «modelos preconstituidos, europeos por ejemplo, sin respetar a los pueblos indígenas», durante la audiencia general de los miércoles en el Vaticano.
«En América (…) la evangelización tiene una fuente siempre viva: Guadalupe. Por supuesto, el evangelio había llegado antes de estas apariciones, pero por desgracia también había ido acompañado por intereses mundanos», explicó el pontífice durante su catequesis en la que reflexionó sobre el continente americano.
Por eso, «en vez del camino de la inculturación, se había seguido con demasiada frecuencia la prisa de trasplantar e imponer modelos preconstituidos, europeos por ejemplo, sin respetar a los pueblos indígenas», dijo ante los miles de fieles reunidos en el Aula Pablo VI.
«La Virgen de Guadalupe, en cambio, aparece vestida con las ropas de los autóctonos, habla su idioma, acoge y ama la cultura del lugar: es madre y bajo su manto encuentra lugar cada hijo», añadió Francisco, que reflexionó sobre el «anuncio en la lengua materna: San Juan Diego, mensajero» de la virgen mexicana.
En ese sentido, continuó, «el evangelio se transmite en la lengua materna. Y quiero dar las gracias a tantas madres y abuelas que lo transmiten a sus hijos y nietos: la fe pasa con la vida, por eso las madres y abuelas son las primeras anunciadoras. Un aplauso a las madres y a las abuelas», dijo levantando la ovación de los fieles
Según Francisco, «el Evangelio se comunica, como muestra María, en la sencillez: la Virgen elige siempre a los sencillos, en la colina del Tepeyac en México como en Lourdes y Fátima: hablándoles, habla a cada uno, en un lenguaje a cada uno, en un lenguaje adecuado para todos, comprensible, como el de Jesús».
Luego, recordando la historia de San Juan Diego y «las incomprensiones, dificultades e imprevistos» que tuvo, incluso por las autoridades eclesiásticas, dijo: «Esto nos enseña que para anunciar el evangelio no es suficiente dar testimonio del bien, sino a veces también saber sufrir los males, con paciencia y constancia, sin miedo a los conflictos».
«También hoy, en muchos lugares, para inculturar el evangelio y evangelizar las culturas se necesita constancia y paciencia, es necesario no temer los conflictos, no perder el ánimo», añadió.
Con información de EFE