El periodista y poeta José Pulido Mora, ha informado en su cuenta de Twitter el triste fallecimiento de la escritora, ensayista, novelista, autora del himno del municipio Heres del estado Bolívar, Milagros Mata Gil.
Sobre ella Wikipedia señala:
Nació en Caracas, 17 de abril de 1951; es una novelista y ensayista venezolana. Se ha destacado como profesora de Castellano, Literatura y Latín en el Instituto Pedagógico de Caracas. Asimismo, es investigadora en el área de Literatura Venezolana y, desde 2011, es miembro de la Academia Venezolana de la Lengua Española.
Se le reconoce, en principio, por sus novelas y ensayos, así como también por ser la autora del himno del municipio Heres del estado Bolívar.
Infancia
Pasó gran parte de su infancia en Ciudad Bolívar y empezó a escribir desde muy joven. Se considera a sí misma como «una extensión de la herencia guayanesa».
El periodista y escritor José Pulido señala:
«Desde niña, Milagros Mata Gil leía. Se ensimismaba en Sor Juana Inés de la Cruz, San Juan de la Cruz y Teresa de Ávila. Luego leía completa la Biblia y más después leyó a Faulkner, Kafka, Virginia Woolf. Leyó página a página el Ulises de James Joyce. Cuando se dice que Milagros leía no es que lo hacía a vuelo de pájaro: es que ella ejercía la lectura como todo lo que emprende: hasta toparse con el hueso».
Asimismo, Gil le comenta a José Pulido aquello que determinó su infancia para seguir el camino de la escritura:
«No podría decirlo con exactitud. Tal vez el gusto casi obsesivo por leer, estimulado, además, por mi tío y padrino Manuel Gil. En algún momento, a los siete, ocho años, sentí la necesidad de escribir lo que había en mi entorno. Empecé con unas coplas y luego supe que por ahí no era. Las monjas de mi escuela nos ponían como tarea hacer «temas de composición» y eran muy severas en cuanto a las normas de ortografía y redacción. Supongo que todo eso confluyó naturalmente en mi acercamiento al periodismo, en mis tempranos 13 años, y allí encontré un guía en Américo Fernández, quien entonces trabajaba paralelamente en El Nacional y El Bolivarense, allá en Angostura».
Carrera
Inicios
Empezó a escribir en algunos periódicos de la Ciudad Bolívar como El Bolivarense y El Expreso. Por otra parte, también trabajó en El Tigre alrededor de los ‘setenta ’70 en el diario Antorcha. Durante los años ‘noventa ’90 vivió una temporada en México, Francia e Irlanda y finalmente retornó a Ciudad Bolívar. Por otra parte, viajó para dar conferencias sobre Literatura Venezolana en Estados Unidos, Francia y España. También trabajó como docente de postgrado en maestría en Literatura Hispanoamericana de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel)-Pedagógico de Maturín y en la organización del Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (Uneg) con su pareja, Néstor Rojas, y el escritor Juan Guerrero. Asimismo, formó parte de la coordinación de Investigación y Postgrado de la Uneg desde 1997 hasta 1999. Más adelante, junto al poeta Néstor Rojas fundó en El Tigre el Centro de Actividades Literarias (CAL) y del Fondo Editorial.
En un artículo realizado por la Universidad de los Andes, la autora explica la manera en que se encamina a ser una escritora:
«En el año ochenta y cuatro tuve lo que llama Jung la crisis de los treinta años. Y entonces se me planteó la disyuntiva de seguir siendo una docente de educación media, una periodista muy activa y aventurera, un ama de casa con una condición socio-económica estable, o decidirme a asumir la literatura como oficio. A partir de esa crisis, abandoné todo lo demás y, después de un tiempo de pruebas me encaminé hacia la escritura como oficio, como sacerdocio, como fe, como trabajo lógico, como realidad».
Escritura
Estilo
Mata Gil posee un bagaje de conocimientos e instrucción y práctica que se pueden percibir en sus novelas y cuentos. Sin duda alguna resulta una precursora de la literatura femenina en Venezuela y su obra está plagada de artefactos literarios muy interesantes. Según varias entrevistas y un detallado artículo de la Universidad de los Andes, la autora entiende su narrativa:
«Como un proceso creativo. Para ella, todo trabajo literario, se exprese en poesía, ensayo o narrativa tiene que basarse en un conjunto coherente que combine cosmovisión, infraestructura técnica, objetivos e instinto escritural».
En tal sentido, Gil entiende su obra como la combinación de varios elementos que ha ido adoptando, así como también una construcción consciente que parte desde cierta visión filosófica y el impulso de escribir que siempre ha tenido. De esta manera, Gil se sitúa ante su obra como un espejo o testigo donde parte de su experiencia de vida y espiritualidad se ven reflejadas.