-Hernán Gamboa cada día ejerce con mucho orgullo los roles de papá y entrenador de tenis de sus hijos Fabiana y Hernán David.
Con mucho esfuerzo y sacrificio, Fabiana se volvió la número uno de Venezuela en la categoría de 14 y 16 años, que pudo representar a nuestro país en competencias internacionales. La joven, de 16 años, obtuvo una beca universitaria para Estados Unidos.
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Por su parte, Hernán David le sigue los pases a su hermana mayor, y ya es la mejor raqueta de la región (14 y 16 años), y se ubica en el top 30 en el ranking nacional.
Hernán Gamboa dejó su trabajo para ser entrenador de sus hijos
El nativo de El Pilar, estado Sucre, decidió dejar su trabajo en una empresa de galletas, para asumir el rol de entrenador de tenis para sus hijos.
"Decidí colgar mi titulo de licenciado en Tecnología de alimentos para dedicarme por completo en su entrenamiento en el deporte blanco", dijo. Fabiana tenía 12 años, mientras que Hernán David tenía 10 años.
"Fue una decisión que tomamos en familia. Los sueños de los niños no se podían ir a la basura", indicó Gamboa, que siempre ha contado con el apoyo de su esposa Florangely Durán, quien se ha encargado de las dietas que deben seguir sus hijos para afrontar cada torneo.
"Me he profesionalizado como entrenador de tenis en los últimos cinco", admitió el sucrense, que abrió su propia academia de tenis en las canchas de la Vereda del Lago.
"En ningún momento pensé en el tenis hasta que mis hijos se decidieron por este deporte", reveló Gamboa, que practicó fútbol durante su juventud en su tierra natal. "Ser padre es una experiencia imperdible en la vida al ver como tus hijos nacen, crecen y se convierten en personas de bien".
"El deporte es una excelente opción para el futuro de los jovenes al crear disciplina y alejarlo de los vicios", destacó en un mensaje para aquellos padres que no le gusta colocar a sus hijos en actividades deportivas.
El dueño de la academia de Tenis FHG explicó como se debe manejar los roles de papa y entrenador. "Tener ambos roles me ha ayudado a fortalecer mi relación y confianza con mis hijos", indicó.
"Despues de cada partido reflexionamos en casa todo lo sucedido. Por ejemplo en un partido con un solo cruce de miradas. Ellos saben que debemos cambiar la estrategia de juego".
"El rol de entrenador es muy similar a la del padre, por que en la cancha se convierte en la persona de confianza para poder desarrollar su pontencial", dijo.
"Entrenar a los hijos es lo mejor que me ha pasado y sus logros son el fruto de todo el trabajo de la familia", concluyó.
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