Culmina, al menos a escala regional, la rehabilitación diplomática del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que este martes ha sido recibido como un igual por los jefes de Estado sudamericanos, reunidos en una cumbre informal convocada en Brasilia por Luiz Inácio Lula da Silva.
El objetivo del encuentro no era, formalmente, poner fin al aislamiento a Venezuela sino impulsar la integración sudamericana. Lula, que con medio siglo de política a la espalda es el decano de los presidentes del cono sur, quiere que sus homólogos y él dejen de lado sus innegables diferencias ideológicas, cooperen más y busquen un mecanismo para actuar en bloque ante los desafíos globales y locales. Como estaba previsto, solo ha faltado la presidenta peruana Dina Boluarte.
Lula ha abierto el encuentro con el reconocimiento de un fracaso: “En la región, dejamos que las ideologías nos dividieran e interrumpieran el esfuerzo de integración. Abandonamos los canales de diálogo y los mecanismos de cooperación y, con eso, perdimos todos”. Por eso, ha animado a sus colegas a renovar “el compromiso con la integración sudamericana” antes de proclamar que “ningún país puede hacer frente solo a las amenazas sistémicas actuales. Solo actuando juntos lograremos superarlas”.
En este contexto, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha sido recibido con normalidad por sus homólogos sudamericanos, en un encuentro que ha sido considerado un paso importante en la rehabilitación diplomática del país caribeño. A pesar de que el encuentro no tenía como objetivo principal abordar la situación de Venezuela, la presencia de Maduro ha sido un signo de que la integración regional está por encima de las diferencias políticas.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha sido el anfitrión del encuentro, cuyo objetivo ha sido impulsar la cooperación y la integración regional. Lula ha subrayado la importancia de la integración sudamericana para hacer frente a los desafíos globales y locales, y ha animado a sus colegas a dejar de lado las diferencias ideológicas y a cooperar más.
En el encuentro, que se ha celebrado a puerta cerrada, Maduro ha intercambiado opiniones con los otros 10 presidentes y el representante de Perú. Aunque no ha sido un encuentro acrítico, ya que el presidente uruguayo,Luis Lacalle Pou, ha llamado la atención sobre los altos principios incluidos en la declaración final del encuentro, que estaban en fase de negociación. Lacalle Pou ha destacado la importancia de respetar las instituciones, los derechos humanos y la democracia.
En la reunión, Lula ha propuesto la renovación del compromiso con la integración sudamericana y ha abogado por la creación de un mecanismo para actuar en bloque ante los desafíos globales y locales. Además, ha propuesto la resurrección de Unasur, un club de todos los países sudamericanos que nació hace 15 años en plena ola de gobiernos de izquierdas, pero que perdió a más de la mitad de sus miembros tras el giro a la derecha que dio el electorado sudamericano a partir de 2018.
El encuentro ha carecido de agenda y ha sido un encuentro informal en el que reinen la franqueza y la confianza. Cada participante ha hecho una intervención matutina y después del almuerzo ha sido el momento del diálogo y del intercambio de ideas.
A pesar de las diferencias ideológicas, la reunión ha sido un paso importante para la integración regional y para la rehabilitación diplomática de Venezuela.Los jefes de Estado sudamericanos se han reunido en Brasilia en una cumbre informal convocada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con el objetivo de impulsar la integración regional y dejar de lado las diferencias ideológicas. En este contexto, destaca la presencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien ha sido recibido como un igual por sus homólogos sudamericanos, en un signo de que la integración regional está por encima de las diferencias políticas.
Aunque el encuentro no tenía como objetivo principal abordar la situación de Venezuela, la presencia de Maduro ha sido un paso importante en la rehabilitación diplomática del país caribeño. Los presidentes sudamericanos han intercambiado opiniones y han propuesto la renovación del compromiso con la integración regional y la creación de un mecanismo para actuar en bloque ante los desafíos globales y locales.
En este sentido, el presidente Lula ha propuesto la resurrección de Unasur, un club de todos los países sudamericanos que nació hace 15 años en plena ola de gobiernos de izquierdas, pero que perdió a más de la mitad de sus miembros tras el giro a la derecha que dio el electorado sudamericano a partir de 2018. Aunque no está claro que todos los demás presidentes estén de acuerdo con esta propuesta, el encuentro ha sido un paso importante hacia la cooperación y la integración regional en Sudamérica.
